El médico forense del condado de Hennepin (Minnesota) ha determinado este 1 de junio que la muerte de George Floyd fue un homicidio, causado por un paro cardíaco y respiratorio que ocurrió cuando los agentes lo detuvieron.
El informe de la autopsia ha sido publicado poco después de que otro examen independiente, encargado por la familia de Floyd, que concluyó que su muerte fue «un homicidio causado por asfixia debido a la compresión del cuello y la espalda que condujo a una falta de flujo sanguíneo al cerebro», durante la detención por el agente de la Policía de Mineápolis, Derek Chauvin.
Cabe mencionar que el informe preliminar del forense de Hennepin señalaba que no se habían encontrado pruebas físicas que respaldaran un diagnóstico de asfixia traumática o estrangulamiento, sino que se alegó que la muerte ocurrió como resultado de la combinación de las circunstancias de su detención, problemas de salud y, probablemente, sustancias tóxicas que habría consumido la víctima.