En un discurso televisado este lunes, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha dicho que asume la responsabilidad de los miles de asesinatos cometidos por la Policía en su campaña de represión antidrogas, afirmando que está dispuesto a ir a la cárcel si de esta manera sirve a su país.
«Si hay asesinatos, estoy diciendo que soy yo (…) pueden hacerme responsable de cualquier cosa, cualquier muerte que haya ocurrido en la ejecución de la guerra contra las drogas (…) Llévenme a la corte para que me encarcelen. Está bien, no tengo ningún problema. Si sirvo a mi país yendo a la cárcel, [iré] con gusto», agregó Duterte, citado por la agencia AP.
No obstante, aclaró que no debe ser culpado de los asesinatos por drogas que no ocurrieron durante las operaciones policiales, alegando que pueden haber sido cometidos por bandas.
Al menos 5.850 sospechosos de tráfico o consumo de estupefacientes han muerto en Filipinas desde que se iniciara la guerra antidroga impulsada por el mandatario, lo que ha alarmado a grupos de derechos humanos y gobiernos extranjeros, además de provocar una pesquisa por posibles crímenes contra la humanidad en la Corte Penal Internacional. Más de 256.000 personas han sido arrestadas desde el inicio de la represión. Duterte ha prometido mantener la mortal campaña durante los dos años que le restan de mandato.
En septiembre, en unas declaraciones televisadas Duterte afirmó que dio la orden al jefe de la Oficina de Aduanas, Rey Leonardo Guerrero, de disparar a matar contra los traficantes de drogas.