El jugador del Minnesota Timberwolves, Karl-Anthony Towns, declaró sentirse roto en una emotiva entrevista, después de que su madre, un tío y otros cinco familiares perdieran la vida por COVID-19.
«Es posible que me vean sonriendo y esas cosas, pero ese Karl murió el 13 de abril», dijo el jugador. «Nunca volverá. No recuerdo a ese hombre. No conozco a ese hombre. Estás hablando con mi yo físico, pero mi alma fue asesinada hace mucho tiempo», ha comentado Towns, que este miércoles volvió a jugar un partido, ante los Detroit Pistons, después de permanecer alejado de las canchas desde abril.
Su madre, Jacqueline Towns, murió a los 58 años de edad el pasado 13 de abril después de librar una batalla con el virus durante un mes, tras sufrir complicaciones. «Esta enfermedad es real», escribió Towns en abril.
«No debe tomarse a la ligera. Por favor proteja a sus familias, a sus seres queridos, a sus amigos, a usted mismo. Practica el distanciamiento social», insistió. Además, en noviembre, publicó un video de YouTube titulado ‘El año más difícil de mi vida’, informó The Washington Post.
«Ni siquiera reconozco la mayoría de mis otros partidos y los años que he jugado y cómo me sentía esos días», admitió a los periodistas tras ganar con su equipo por 111-101. «Solo sé lo que sucedió a partir del 13 de abril», añadió.
Towns se llevó la pelota con la que se jugó el partido para que su padre la ponga en la casa familiar junto a las cenizas de su madre. «Estoy feliz de haber obtenido esto por ella», dijo el jugador. «Le dije que quería conseguirle esta victoria y conseguirle esta pelota, así que estoy feliz de poder hacerlo», añadió.