Johannesburgo.- La ONU alertó hoy de que el progreso en la lucha contra el sida se está ralentizando y, aunque hay países que han hecho grandes avances, desde 2010 se han registrado «preocupantes incrementos» de las infecciones por VIH en zonas como Europa del Este y Asia central, los países árabes o Latinoamérica.
En total, en el mundo hay actualmente 37,9 millones de personas contagiadas y solo dos de cada tres tienen acceso a antirretrovirales, según el último informe anual global del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), presentado hoy en Sudáfrica con datos actualizados hasta 2018.
La ONU estima que, en ese año, unos 1,7 millones de personas contrajeron el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, desencadenante del sida) y que unas 770.000 murieron por enfermedades relacionadas con el sida.
La cifra de nuevos contagios de 2018 supone una bajada del 16 % respecto a las tasas de 2010.
En ese mismo periodo, las muertes ligadas al sida cayeron un 33 % y se logró que un 82 % de las mujeres embarazadas que tienen el virus recibiera tratamiento (un 90 % más que en 2010), lo que resultó en una reducción del 41 % en la tasa de niños infectados.
No obstante, la ONU recalcó en su informe que «se progresa, pero cada año menos» y urgió a no bajar la guardia.
La desaceleración pone en riesgo, de hecho, los objetivos marcados por las Naciones Unidas para 2020 (denominados «90-90-90»), que, a este ritmo, no se alcanzarían.
Esas metas hacen referencia a que, para 2020, el 90 % de las personas que viven con el VIH conozcan su estado, que el 90 % de los diagnosticados reciban terapia antirretrovírica continuada y que, para ese mismo año, el 90 % de las personas que reciben terapia antirretrovírica tengan supresión viral (reducir significativamente la presencia del virus en sangre para conservar la salud).
Por regiones, en general, el panorama respecto al combate contra el VIH es heterogéneo.
El programa de Naciones Unidas mira con especial preocupación al aumento de contagios registrado desde 2010 en Europa del Este y Asia Central (29 %), Oriente Medio y el norte de África (10 %) y en Latinoamérica (7 %).
En el lado de las buenas noticias, la reducción global de contagios y muertes relacionadas viene especialmente impulsada, según ONUSIDA, por los esfuerzos en el sur y este de África, si bien estas regiones son aún las más afectadas del planeta.
Países como Sudáfrica -uno de los países históricamente más golpeados por el sida-, han logrado reducir las nuevas infecciones y las muertes en un 40 % en los últimos ocho años.
Por ello, ONUSIDA eligió hoy la pequeña comunidad sudafricana de Eshowe, en el este del país, como punto de lanzamiento para su informe global de 2019.
El programa de la ONU considera este lugar como un «ejemplo», ya que ya ha alcanzado los objetivos marcados para 2020.
«Necesitamos incrementar urgentemente el liderazgo político para acabar con el sida. Esto empieza por invertir adecuadamente y por observar qué es lo que hace tan exitosos a algunos países», reclamó Gunilla Carlsson, directora ejecutiva de ONUSIDA, en el comunicado de presentación del informe.
Los expertos de Naciones Unidas también lamentan la caída de la financiación de la lucha contra el virus durante 2018.
«De forma desconcertante, el informe muestra que la grieta entre los recursos necesarios y los recursos disponibles se agranda», recalcó el programa de la ONU en el texto.
«Por primera vez, los recursos globales a disposición de la respuesta contra el sida cayeron significativamente, cerca de 1.000 millones de dólares, ya que los donantes desembolsaron menos y las inversiones nacionales no crecieron lo suficiente como para compensar la inflación», agregó ONUSIDA.
En cuanto al conocimiento del estatus de seropositividad, casi 8 de cada 10 personas con VIH en el mundo son ya conscientes de ello.
La ONU quiso hacer hincapié este año en la importancia de las comunidades a la hora de atajar el avance del virus, tanto por su papel clave en temas como la educación y el acceso a la prevención como por la necesidad de luchar contra los estigmas sociales.
Dentro de sus comunidades, las mujeres jóvenes siguen siendo un sector especialmente vulnerable y la ONU considera «inaceptable» que el año pasado aún se contagiaban del virus unas 6.200 adolescentes y que estas tienen un 60 % más de posibilidades de contraerlo que sus pares masculinos.