En la medida en que la campaña de vacunación contra el nuevo coronavirus avanza en la Argentina y llega las franjas etarias de 20 y 30 años, en donde el consumo de bebidas alcohólicas está a la orden del día, muchos son los interrogantes que se desprenden respecto a los efectos esperables de las vacunas y lo que se puede o no hacer luego de recibir una dosis.
La llamada eficacia de las formulaciones y la respuesta inmune que el organismo desarrolle podría verse alterada si, por ejemplo, la persona consume alcohol luego de la inoculación.
Pero ¿cuánto alcohol? ¿Cuánto tiempo después de la vacuna? Las dudas de la mayoría de la población la ciencia las responde casi en tiempo real, dado el tiempo récord en que fueron desarrolladas las vacunas que están siendo administradas.
Una reciente publicación en The New York Times asegura que no hay pruebas de que tomar una o dos copas de alcohol pueda reducir la eficacia de ninguna de las actuales vacunas contra el COVID-19 que se administran en los Estados Unidos; estas son las de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. “Algunos estudios han descubierto incluso que, a largo plazo, el consumo de cantidades pequeñas o moderadas de alcohol podría beneficiar al sistema inmunitario al reducir la inflamación”, destacó el artículo.
En otro orden, los expertos afirman que el consumo excesivo de alcohol, especialmente a largo plazo, puede suprimir el sistema inmunitario e interferir potencialmente en la respuesta de la vacuna. Y aclararon que “dado que el organismo puede tardar semanas en generar niveles protectores de anticuerpos contra el nuevo coronavirus después de la inyección contra el COVID, cualquier cosa que interfiera en la respuesta inmune sería motivo de preocupación”.
El médico oncólogo Elmer Huerta, experto de la Universidad George Washington y ex presidente de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, se refirió a este controversial interrogante en el podcast coronavirus: realidad vs ficción, con el Dr. Elmer Huerta, por CNN: “El consumo de bebidas alcohólicas y las vacunas contra el COVID-19 surgió de Sputnik V, el Instituto Gamaleya fue la única entidad que cuando sacó su vacuna el año pasado en agosto, septiembre, dijo que las personas deberían abstenerse de tomar alcohol. La verdad es que nunca hubo una razón científica para eso y no hay ninguna otra empresa farmacéutica que haya dicho lo mismo”.
“No hay ninguna restricción, si la persona tiene la costumbre de tomarse un vasito de vino o una cerveza con la comida a la noche, el mismo día de la vacuna, lo puede hacer. Obviamente no hay que embriagarse, por que si tiene efectos secundarios, pueden ser peores, pero no hay ninguna razón para que ese día de la inoculación se pueda tomar alcohol, por supuesto con moderación”, añadió.
Ilhem Messaoudi, directora del Centro de Investigación de Virus de la Universidad de California, y destacó que “si alguien realmente es un bebedor moderado, no hay riesgo de tomar una copa en el momento de la vacuna”. La especialista, que realizó investigaciones sobre los efectos del alcohol en la respuesta inmune sostuvo que “hay que ser muy consciente de lo que significa realmente beber con moderación. Es peligroso beber grandes cantidades de alcohol porque los efectos en todos los sistemas biológicos, incluido el sistema inmunitario, son bastante graves y se producen con bastante rapidez una vez que se sale de esa zona moderada“.
Por consumo moderado de alcohol se entiende generalmente como no más de dos bebidas al día para los hombres y un máximo de una bebida al día para las mujeres, mientras que el consumo excesivo se define como cuatro o más bebidas en cualquier día para los hombres y tres o más bebidas para las mujeres. Y se debe tener en cuenta que una bebida “estándar” se considera 148 mililitros de vino, 44 mililitros de licores destilados o 355 mililitros de cerveza.
Algunas de las primeras preocupaciones sobre el alcohol y la vacuna contra el nuevo coronavirus comenzaron a circular después de que una funcionaria de salud rusa advirtió en diciembre que la gente debía evitar el alcohol durante dos semanas antes de vacunarse y abstenerse durante otros 42 días después. Según un informe de la agencia Reuters, la funcionaria afirmaba que el alcohol podía dificultar la capacidad del organismo para desarrollar inmunidad contra el nuevo coronavirus. Su advertencia provocó una fuerte reacción en Rusia, que tiene una de las tasas de consumo de alcohol más altas del mundo.
En este contexto, Alexander Ginzburg, director del NITSEM Gamaleya, había explicado que no se referían a la prohibición total del alcohol durante la vacunación: “Sólo estamos hablando de una limitación razonable de consumo hasta que el cuerpo haya formado su respuesta inmune a la infección de coronavirus. Y esto es cierto no sólo para Sputnik V, sino también para cualquier otra vacuna. Es importante comprender que el consumo excesivo de alcohol puede reducir significativamente la inmunidad y, por lo tanto, reducir la eficacia de la vacunación o hacer que no tenga ningún sentido”.
“Del mismo modo, no se recomienda tomar medicamentos que supriman el sistema inmunológico en un plazo de 42 días mientras se establece la inmunidad al coronavirus. Todas estas son recomendaciones estándar para la vacunación a fin de lograr la máxima eficacia. Sin embargo, los médicos recomiendan no beber alcohol durante 3 días después de cada inyección”, enfatizó Ginzburg.
Fuente: Infobae