Santo Domingo, RD.- Día 6 de noviembre se celebra el día de la Constitución de la República Dominicana, en conmemoración del 6 de noviembre de 1844, día en que se promulgó la primera Constitución Dominicana en la ciudad de San Cristóbal.
Debido a la ocasion, el presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara, destacó mediante una carta el valor que tiene en la actualidad la carta magna en la sociedad dominicana.
“La Constitución tiene el mágico poder de consolidar lo que somos hoy como pueblo, y a la vez, ser esa carta de ruta que nos ayude a alcanzar lo que queremos ser mañana como nación ” expresó Ray Guevara.
Guervara resaltó el largo camino recorrido a traves de luchas sangrientas y heroicas conquistas por consolidar una sociedad en la cual prime la dignidad humana, la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad, la paz social, la soberania, la dominicanidad.
“La Constitución no solo existe para venerarse, sino también para vivenciarse” manifestó .
LA CONSTITUCIÓN DEL 6 DE NOVIEMBRE DE 1844
Luego de organizarse la Junta Central Gubernativa el día 1 de marzo de 1844, ésta adoptó como constitución el Manifiesto trinitario del 16 de enero de ese año. En julio de ese mismo año, el General Pedro Santana se adueñó de la Presidencia de la Junta Central Gubernativa y los miembros de la misma se atribuyeron la calidad de Diputados.
El 24 de julio de 1844, la Junta Central Gubernativa dictó un decreto, a manera de Ley Electoral, convocando a los pueblos a elegir los miembros de la Asamblea Constituyente que debía redactar la nueva Constitución de la República. Los días del 20 al 30 de agosto fueron señalados para reunirse las Asambleas Electorales.
El Congreso Constituyente, además de redactar el Pacto Fundamental de la República, tenía el encargo de elegir el primer Ejecutivo Constitucional, y debía iniciar sus labores el 20 de septiembre.
Una vez electos, los diputados constituyentes se reunieron solemnemente en San Cristóbal a partir del 21 de septiembre de 1844.
La elección de San Cristóbal, a unos treinta kilómetros de la capital, se hizo, según la afirmación del cónsul francés Eustache Juchereau de Saint-Denys, a fin de dejar a los diputados «toda la libertad de opinión y de acción y de sustraerlos a la influencia perniciosa del espíritu de partido».
En principio se escogió el poblado de Guerra pero, debido a la falta de facilidades, el mismo Congreso Constituyente decretó el traslado a San Cristóbal.