La Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC) realizó actos simultáneos de apertura del año escolar en los 31 recintos que disponen de escuela, a las que asistirán 8,350 personas privadas de libertad que se inscribieron para cursar alfabetización, el nivel básico para adultos y la secundaria con el programa Prepara.
Como novedad, el director general de la DGSPC, Roberto Hernández Basilio, anunció en un comunicado de prensa que por primera vez funcionará una escuela en los Centros de Privación de Libertad del kilómetro 15 y el 19 de Marzo en la provincia de Azua, pues, en coordinación con el Distrito Educativo 03-01 del Ministerio de Educación, se dotó a ambos recintos de un código compartido, el personal y los equipos correspondientes para iniciar la docencia.
Entre ambos recintos de Azua suman 438 privados de libertad inscritos para los programas de alfabetización (161 personas), básico para adultos (169 personas) y educación secundaria bajo el programa Prepara (108 personas).
El año lectivo 2022-2023 encuentra al sistema penitenciario con una matrícula de casi 1,500 estudiantes más que el año pasado y todavía se trabaja en la motivación para que más personas accedan a las escuelas.
El sistema penitenciario tiene una población de 26,546 personas en 44 recintos, con un 31.5% que se inscribió para recibir la enseñanza formal en los programas del Ministerio de Educación y en cada recinto se preparó un acto con la presencia de las autoridades de los distritos educativos.
Noel Toribio, subdirector de Tratamiento de la DGSPC, dijo que los programas de educación son la base de la rehabilitación y reintegración de las personas privadas de libertad y contribuyen de manera primordial al éxito del Tratamiento Penitenciario y por ende la reducción de la reincidencia.
También en los programas de educación superior habrá más de 300 personas que ya se han inscrito en distintas universidades, para completar una matrícula más de 600 personas que en la actualidad tienen acceso a educación de grado.
En el caso del recinto de Najayo Hombres, la Dirección distinguió a dos privados de libertad que resultaron meritorios y lograron culminar su licenciatura en derecho, motivo por el cual el magistrado Rafael Báez, juez de la Primera Sala Corte de Apelación del Distrito Nacional, les obsequió tres togas y varios libros, en un acto en el que emitió un mensaje de motivación a los estudiantes.