Un niño de 13 años, identificado como Brayan, fue sorprendido en el interior de un comercio intentando sustraer algunos útiles escolares en Rincón de Romos, en el estado mexicano de Aguascalientes. El pequeño necesitaba los utensilios para realizar sus tareas educativas.
Cuando los policías municipales llegaron, avisados por el personal de seguridad de la tienda, y comprendieron las circunstancias del suceso, decidieron abonar las pinturas, plumones y cuadernos que el menor había intentado llevarse, por un valor de 90 pesos (menos de 5 dólares), para evitar que se pusiera una denuncia contra el niño, quien se disculpó con el encargado de seguridad por lo que había hecho.
«Al cuestionarle por qué había sustraído los plumones él nos mencionaba que tenía algunas tareas que hacer y no contaba con el material suficiente», explicó Sergio Olvera, director de Seguridad Pública, a Excelsior. «Se nos hizo que era un niño bien, no se veía descuidado y se le veía la preocupación de que requería de ese material», continuó el funcionario.
No quería avergonzar a su padre
En un principio, el menor, que había acudido al comercio con su uniforme escolar, contó que sus padres lo habían abandonado y que vivía con su tía. Sin embargo, poco después se conoció la verdad: el pequeño había mentido para no avergonzar a su padre, con quien vivía desde hace un mes puesto que sus progenitores se encuentran divorciados.
El progenitor, que atraviesa problemas económicos, le había prometido comprarle los materiales más adelante, pero Brayan no pudo esperar: «Yo ya le había dicho: ‘Espérame, hijo, de aquí al fin de semana y vamos a Aurrera y compramos lo que te hace falta’.