Omar Gabriel Barrientos y Layla Melani Rivero acudieron el martes 7 de febrero de urgencia con su bebé de 21 días a un hospital en Ciudad Evita, en Argentina, sin saber que vivirían la peor pesadilla de sus vidas.
Su hija falleció, y sus padres no solo fueron acusados de asesinarla, sino también de presunto abuso sexual. Ahora la autopsia ha demostrado que la recién nacida sufrió una «asfixia mientras era amamantada».
El abogado de la pareja, Miguel Ángel Racanelli, explicó a la prensa que prepara una denuncia contra el personal médico del Hospital Balestrini por ofrecer «información errónea», pues sus responsables de pediatría y neonatología denunciaron que la pequeña presentaba lesiones parecidas a las de un abuso sexual.
La denuncia también es contra la Policía por «tortura física y psicológica» durante el periodo de detención de los padres.
«La nena tenía falta de oxígeno porque tenía una cardiopatía congénita que le causó una muerte cerebral. Tenía sangre en las fosas nasales y la boquita porque le fallaron los pulmones. Eso dice la autopsia y el informe del Cuerpo Médico Forense de Junín», aseveró.
Racanelli también aseguró que denunciará a la dirección del hospital por decir a los medios de comunicación que hubo un abuso sexual.
«La peor tragedia»
Mientras, los padres relataron en una entrevista con Radio con Vos el calvario que pasaron. «Mi hija estaba mal (…) mi pareja me levantó a los gritos. Yo no entendía nada. Traté de asistir a mi hija (…) y salí hacia el hospital», relató.
Barrientos explicó que ingresaron en el hospital «por una cosa» y salieron «por otra». «Sin informarnos nada, ni cuando nos llevaron al calabozo (…). Al rato que nos separan, me comentan la peor tragedia, lo peor que me podrían haber dicho, que falleció mi nena, estando preso», comentó el padre.
Y continuó: «Tanto en el hospital como la comisaría la pasé muy mal. No se lo deseo a nadie. Tanto yo como mi pareja la pasamos muy mal. Fue de terror. Maltrato físicamente y verbalmente en todos los sentidos que te imagines».
El padre de la bebé explicó que estuvo detenido cinco días y durante dos jornadas le prohibieron beber agua y comunicarse con sus familiares. «Me decían: ‘A este hay que cortarle la …’ y ahí es cuando yo sospechaba que había pasado algo. Decían ‘este es un abusador», relató.
«No pudimos despedirla»
Por su parte, su mujer, Layla Melani Rivero, contó que sufrió ataques verbales y físicos. «¿Vos sabés por qué estás detenida? Es porque tu bebé fue abusada», explicó que le decían.
«En todo momento querían que yo me pusiera en contra de él (…) Jamás me puse en contra de él porque sabía que no había hecho nada (…) Yo conozco a mi pareja. Tenemos 10 años juntos y tres hijos más. Jamás, jamás pasó nada. Yo decía que no en todo momento, porque sabía que no», contó.
Rivero explicó que la pusieron con las reclusas y le pegaron una paliza «entre 15 y 20 tipas». «Es lo peor que me pasó en la vida, es mi primera vez en una comisaría, ensuciaron nuestro nombre por todos lados. Ahora salir a la calle me da miedo porque yo no sé cómo van a reaccionará la gente al vernos», comentó.
Y concluyó: «No pudimos despedirla. No pudimos darle un último beso como padres. Es todo una pesadilla».
Fuente: RT