Japón dejó tendido en el terreno a México, con un 6-5 en la pizarra, para avanzar a la final del Clásico Mundial de Beisbol 2023. Enfrentará a los Estados Unidos en la última fecha del torneo.
Un doblete de Murakami en la baja de la novena acabó con los sueños de la Selección Mexicana, que llegó a la agonía del juego con ventaja de 5-4, pero falló el relevo de Giovani Gallegos y todo se derrumbó.
La gran final del Clásico Mundial de Beisbol 2023 será este martes 21 de marzo a las 7:00 de la noche en Miami.
Tras un espectacular labor de los dos abridores en las primeras tres entradas, el juego se abrió en el cuarto rollo.
El mexicano Luis Urías pegó un tablazo de 403 pies por todo el jardín izquierdo, llevándose por delante a Paredes y Téllez, para poner al Tricolor al frente por 3-0.
Japón reaccionó, mostrando su poder con la madera, pero chocando con la sólida actuación defensiva de Randy Arozarena en el jardín izquierdo.
En ese cuarto episodio, Japón dejó hombres en primera y en tercera.
En la quinta, aún con Patrick Sandoval en el montículo, Japón puso hombres en dos almohadillas y obligó al relevo de José Urquidy, quien también batalló para controlar a la ofensiva nipona.
Con las bases llenas, dos outs y la tensión cortando el aire, Kondoh pegó un tablazo con toda la pinta de grand slam, pero no contaba con la carrera y lance de Arozarena, un auténtico Superman que se robó el cuadrangular para colgar un cero del tamaño del IoanDepot Park.
En la siguiente entrada, Japón volvió a poner hombres en cada almohadilla. Genda pegó otro trancazo, pero Arozarena sacó la aspiradora y borró el extrabase con una tranquilidad escalofriante.
La resistencia mexicana cayó en la fatídica séptima. Urquidy dejó el juego con un hombre de herencia y Jojo Romero entró descontrolado. Con hombres en primera y segunda, Yoshida pegó un tablazo descomunal al jardín derecho, para empatar de golpe y porrazo.
Pero México no se amilanó, mantuvo la frente en alto y en la Alta de la octava recuperó la ventaja con dobletes espalda con espalda de Arozarena y Verdugo.
Con el 4-3 en el electrónico, Paredes remolcó una más, marcada por Durán, aunque Meneses fue atrapado en el home.
En el cierre de la octava, Japón recortó a 5-4 con un elevado de Yamakawa para remolcar a Nakano, aunque se quedaron dos hombres en base.
Para cerrar el juego, Benjamín Gil confió en Giovanni Gallegos, quien tuvo un relevo descontrolado y permitió que dos nipones llegaran a primera y segunda sin outs.
Bastó un tablazo de Murakami para cortar el campo a la mitad y llevar a Shuto y a Ohtani a tierra prometida, para dejar tendidos a los mexicanos.