Un equipo científico de la Universidad de California de Santa Bárbara (EE.UU.) resolvió un misterio de hace 25 años de un ‘asesinato masivo’ de células en las moscas de la fruta y lo vincularon con una rara enfermedad inmune humana. El estudio reveló que la activación de unas células caníbales podría resultar en un enfoque prometedor para mejorar una novedosa terapia contra el cáncer.
Un caso resuelto 25 años después
Rac2 es uno de los tres genes Rac en humanos que codifican proteínas que desempeñan un papel decisivo en el movimiento de las células animales. «Rac tiene una evolución muy antigua, por lo que debe cumplir una función fundamental», comentó Denise Montell, jefa del laboratorio de biología molecular, celular y del desarrollo donde se realizó la investigación.
Durante mucho tiempo, los investigadores acumularon evidencias del papel del gen Rac2 en el mecanismo de canibalismo celular que elimina del cuerpo aquellas células que ya no son necesarias. Después de 25 años de estudios determinaron que al activar este gen las células fronterizas de las cámaras de óvulos de la mosca de la fruta, encargadas de destruir a sus células vecinas inservibles, estas consumen prematuramente a sus vecinas con receptores para esta proteína.
«La simple expresión de este Rac activo en seis a ocho células mata todo el tejido, que está compuesto por unas 900 células«, explicó el autor principal, Abhinava Mishra. Sin embargo, cuando bloquearon el receptor en las células vecinas, las células fronterizas que expresaban Rac no consumieron a sus vecinas y la cámara de óvulos permaneció viva y saludable. «Nuestro caso sin resolver de hace 25 años se resolvió y eso fue muy satisfactorio para nosotros», exclamó Montell.
La pista de una rara enfermedad inmune en humanos
El equipo siguió la pista de una misteriosa mutación que hacía hiperactivo el gen Rac2 en las células sanguíneas humanas de tres pacientes que sufrían múltiples infecciones y necesitaron trasplantes de médula ósea. La activación de este gen provocaba en estos pacientes una inmunodeficiencia por apenas tener células T (un tipo fundamental de glóbulos blancos).
Los investigadores cultivaron macrófagos humanos (células devoradoras del sistema inmune) con Rac2 hiperactivo junto con las células T y observaron una gran apetencia por consumir más células T. Luego repitieron el ensayo en ratones con la misma mutación hiperactiva de Rac2 y obtuvieron los mismos resultados. Los científicos concluyeron que, la explicación probable para la falta de células T de los pacientes fue una combinación de un mayor consumo por parte de los macrófagos, así como una mayor vulnerabilidad de las propias células T.
Activar selectivamente el canibalismo celular
Con este nuevo enfoque, los investigadores activaron los macrófagos para mejorar un tratamiento novedoso para el cáncer desarrollado por el equipo de Meghan Morrissey, denominado ‘CAR-M’, que los estimula a comer selectivamente células tumorales. La activación del Rac2 también pareció aumentar el número de los llamados «súper comedores», macrófagos voraces que comen y matan múltiples células cancerosas. Este nivel de control es muy positivo para cualquier tratamiento potencial porque permitiría centrar el ataque de los macrófagos modificados en las células cancerosas.
Los investigadores publicaron sus hallazgos recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences. «Este artículo nos lleva desde la biología celular fundamental de una mosca hasta la explicación de una enfermedad humana y el aprovechamiento de ese conocimiento para una terapia contra el cáncer», señaló Montell. «Cada uno de esos pasos parece un descubrimiento importante, pero aquí están, todos en un solo documento», agregó.