El comandante de la división aeroespacial de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), el general Amir Ali Hajizadeh, ha asegurado este jueves que el objetivo del ataque contra la base aérea estadounidense Al Asad, en Irak, no era matar soldados, sino destruir sus equipos.
«No buscamos matar a nadie, aunque es probable que decenas de soldados estadounidenses hayan muerto o resultado heridos», dijo Hajizadeh. Según el militar, si Teherán hubiese tenido la intención de provocar bajas humanas, podría haber diseñado la operación de tal manera para que se cobrara la vida de hasta 500 efectivos en un primer ataque, y entre 4.000 y 5.000 en la segunda y tercera fase en caso de que Washington hubiera respondido.
Hajizadeh advirtió que los CGRI están listos para continuar respondiendo proporcionalmente a las agresiones de sus enemigos. Al mismo tiempo, calificó el asesinato del jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Qassem Soleimani, como «uno de los errores estratégicos e históricos de EE.UU.».
El ataque de Irán
Las tensiones entre Teherán y Washington han aumentado significativamente tras el asesinato del general Qasem Soleimani. Un día después, el presidente iraní, Hasán Rohaní, declaró que «Irán y otros países que buscan la libertad en la región se vengarán».
Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que Washington ha marcado como objetivo 52 sitios iraníes «algunos de muy alto nivel y muy importantes para Irán y la cultura iraní», y prometió que «serán golpeados muy rápido y muy duro» si intereses o ciudadanos estadounidenses son atacados por Teherán.