Este martes, la actual vicepresidenta de EE.UU. y candidata demócrata, Kamala Harris, se enfrentó por primera vez ante su rival, el expresidente y candidato republicano, Donald Trump, de cara a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el próximo 5 de noviembre.
El debate, organizado por ABC News, estuvo marcado por fuertes acusaciones y provocaciones de ambos candidatos en temas de política, pero en ocasiones también sobre cuestiones personales.
Harris superó las expectativas
De acuerdo con una encuesta realizada por CNN, el 63 % de votantes registrados que sintonizaron el cara a cara, coinciden en que la actuación de Harris superó no solo la de Trump, sino también las expectativas de los espectadores, con el 45 % de los participantes asegurando que tenían una opinión favorable de la vicepresidenta, frente al 39 % que había obtenido antes del debate.
Según el análisis del medio, cada respuesta de Harris durante el encuentro estuvo acompañada de un comentario destinado a enfurecer a Trump, quien se dejó ver a menudo «fuera de control», levantando la voz y repitiéndose a sí mismo una y otra vez.
Además, el lenguaje corporal de la vicepresidenta marcó el tono del diálogo desde el principio, cruzando el podio para estrecharle la mano a Trump, mostrándose muy segura y expresiva en todo momento. De igual manera, Harris trazó un contraste con Trump al presentarse como parte y defensora de la clase media estadounidense, mientras tachaba a su oponente de egocéntrico.
Expertos, analistas y comentaristas políticos incluso republicanos señalaron para el diario The New York Times que Harris había logrado que Trump se desviara de su mensaje, provocándolo constantemente y poniéndolo a la defensiva. En este sentido, aunque varios republicanos se quejaron de los moderadores y las preguntas, reconocieron que el expresidente dejó pasar oportunidades para lanzar ataques contra su rival.
El análisis del diario The Washington Post señala que Harris se aseguró de que el debate girara en torno a Trump, resaltando sus puntos débiles en política y de carácter. Así, el republicano estuvo acorralado, limitándose a defender su historial y llegando a pedir, en repetidas ocasiones, más tiempo para hablar y perdiendo, en consecuencia, minutos para discutir sus propias políticas.
Una pequeña encuesta realizada por este medio con votantes que vieron el debate mostró que de los 12 participantes que habían dicho antes del encuentro con Trump que «probablemente» apoyarían a Harris, cinco cambiaron su opinión a «definitivamente», mientras que los que al inicio habían señalado que «probablemente» votarían por Trump, posteriormente no cambiaron su posición.
«Tres contra uno»
De acuerdo con la cadena Fox, Trump no solo se tuvo que enfrentar a Harris, sino también a los moderadores de ABC News, quienes se apresuraron a cuestionar y comprobar cada intervención del expresidente, dejando pasar numerosos comentarios falsos y datos incorrectos de la vicepresidenta.
En este sentido, luego del cara a cara, Trump señaló que, a pesar de que lo considera como «el mejor debate» de su carrera política, el enfrentamiento había sido «tres contra uno» refiriéndose a su contrincante y a los dos moderadores, David Muir y Linsey Davis.
Así, la campaña de Trump lo dio como «el claro ganador», vaticinando que va a vencer en las presidenciales luego de haber expuesto «el abismal historial de fracasos de Kamala Harris, que ha perjudicado a los estadounidenses durante los últimos cuatro años».
Por su parte, la campaña de Harris declaró que la vicepresidenta quiere una segunda ronda de debate con Trump. Al respecto, el exmandatario aseguró que Harris estaba proponiendo un nuevo enfrentamiento porque había perdido. «Ella lo quiere porque perdió […] ¿sabes lo que pasa cuando eres un boxeador profesional y pierdes? Inmediatamente quieres una nueva pelea», declaró.
Reacciones internacionales
Varios políticos notaron que los presentadores del debate no fueron imparciales y atacaron a Trump junto con su rival. «Los moderadores bien podrían estar en la nómina del Comité Nacional Demócrata. Esto es ridículo. Este es el peor debate moderado de la historia», escribió el senador Lindsey Graham en su página de X. De igual modo, el político republicano Vivek Ramaswamy comentó: «Este es un formato de debate interesante: tres contra uno».
Elon Musk, por su parte, ratificó su apoyó a Trump, aunque admitió que Harris superó las expectativas de la mayoría en el evento, a pesar de que los moderadores «no fueron justos» con su preferido. De acuerdo con el magnate, «cuando se trata de hacer las cosas y no solo de decir palabras bonitas«, el expresidente «hará un trabajo mucho mejor», ya que, si Harris pudiera hacerlo, ya lo habría hecho como vicepresidenta.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, calificó el debate de «un espectáculo realizado por personas que evidentemente no tienen ninguna responsabilidad por sus palabras«.
En el mismo contexto, la vocera comparó el debate con una pelea entre dos luchadores o boxeadores en el Titanic, después de la cual empiezan a discutir quién ganó sin pensar en lo que sucede con la nave.
Fuente RT