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Cáncer de mama: Lo que puedes hacer cada día para prevenirlo

No todo es la genética. Las decisiones que tomamos a diario tienen un impacto muy importante en nuestra salud. También en el riesgo o protección frente a un cáncer.

Se trata de una enfermedad muy compleja y multifactorial en la que entran en juego una combinación de características individuales, como la edad, sexo y los genes; factores externos (contaminación, virus, radiación UV, etc) y de estilo de vida.

«Sobre las individuales no podemos hacer nada. De algunos factores externos podremos protegernos, aunque no de todos; pero del estilo de vida sí hay mucho que decir», explica a ABC Salud la doctora Emilia Gómez Pardo, asesora científica de CRIS contra el cáncer en temas de nutrición.

La experta asegura que, teniendo solo en cuenta los hábitos de vida, «se podría evitar uno de cada tres cánceres de mama cada año, unos 11.000 casos».

Este tumor ya se ha convertido en la principal causa de cáncer en todo el mundo. En España, se estima que en 2021 se diagnosticarán 33.375 nuevos casos de cáncer de mama, según el informe Las cifras del cáncer en España de la SEOM.

Lo que más influye en el riesgo de tener un tumor en el pecho es el consumo de alcohol. «En el organismo se transforma en acetaldehido, que es un tóxico que produce mutaciones en el genoma y está directamente relacionado con cáncer de mama», señala la doctora Emilia Gómez y Pardo, quien advierte: «No hay consumo mínimo de alcohol que se considere seguro. Si quieres prevenirlo, consumo cero». En este sentido, recuerda que no es el único tumor relacionado con este hábito.

Aunque cada uno tiene que ajustar la práctica a su momento vital y condiciones físicas, la experta consultada asegura que la actividad vigorosa (la que aumenta la frecuencia cardiaca y no nos permite mantener una conversación) es importante en todo momento de la vida, «especialmente en la menopausia para recuperar masa muscular y evitar el sobrepeso».

Y no vale hacer mucho ejercicio de lunes a viernes si luego el fin de semana nos lo pasamos sentados en el sofá. «Hay que moverse cuanto más mejor, todo suma. El sedentarismo es malo por si mismo», concluye Emilia Gómez Pardo.

Muy relacionado con el ejercio y la alimentación está el sobrepeso, otro factor de riesgo. El cáncer de mama postmenopáusico está muy relacionado con el exceso de grasa en el organismo, por eso la recomendación es «mantener un peso saludable y más o menos estable toda la vida».

Con respecto a la dieta, la asesora científica de Cris contra el cáncer en temas de nutrición, se muestra clara: «no hay un alimento o nutriente concreto que produzca cáncer o nos proteja de él». Pero sí un patrón de alimentación que puede ser beneficioso para nuestra salud o contraproducente. «La alimentación oncosaludable es mayoritariamente vegetal, no exclusivamente: Frutas, verduras legumbres, cereales (en su mayoría integrales), frutos secos, semillas y hierbas; un consumo moderado de lácteos, huevos, pescado y carne blanca (pollo, pavo, conejo); y reducir mucho el consumo de carne roja, a 200 gramos a la semana», enumera la experta, que recomienda eliminar de la dieta las «bebidas azucaradas, los ultraprocesados y el alcohol y limitar mucho la carne procesada» porque forman parte de un tipo de dieta «inflamatoria, oxidativa y poco nutritiva».

Por último, aunque no menos importante, hay que dejar el tabaco. Además, es fundamental participar en los cribados para la detección temprana del cáncer, ya que el diagnóstico precoz es vital para un pronóstico más favorable.

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