Santo Domingo. – Los ministros de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas, y de Defensa, mayor general, ERD, Rubén Darío Paulino Sem, despidieron la misión de asistencia humanitaria que el Gobierno dominicano envió a la Mancomunidad de las Bahamas, afectada por los embates del huracán Dorian.
“El espíritu humanitario que caracteriza a los dominicanos se pone de manifiesto ante esta tragedia de grandes proporciones”, expresó el canciller durante la ceremonia de despedida del patrullero de altura “Almirante Didiez Burgos” y de dos aviones CASA C- 212.
Las naves partieron hacia la isla Ábaco, en las Bahamas, con 34.4 toneladas de alimentos, medicinas y otros insumos básicos para la población golpeada por el meteoro categoría 5, que hace dos semanas arrasó con vidas e infraestructuras.
En la expedición viajan 62 miembros de la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército de República Dominicana. Entre los que se cuentan una Unidad Humanitaria de Rescate; un oficial médico y dos ejemplares caninos.
También participa personal del Plan de Asistencia Social de la Presidencia (PASP).
Miguel Vargas explicó que, por instrucciones del presidente Danilo Medina, estas instituciones han trabajado activamente en la coordinación de esta misión, la cual permanecerá en las Bahamas hasta el próximo 23 de septiembre en labores de rescate, remoción de escombros y reparto de alimentos.
“Al primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, le hemos expuesto nuestro compromiso de colaborar en los trabajos de recuperación”, informó el alto diplomático.
Reiteró, además, que la degradación medioambiental ha incrementado la vulnerabilidad de los pequeños Estados insulares del Caribe y el Pacífico, por lo que el presidente Danilo Medina ha planteado en diversas cumbres la estructuración de un sistema internacional con un componente financiero para colaborar en la reconstrucción de los países afectados por fenómenos naturales.
También, agregó el canciller, República Dominicana ha expuesto ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la amenaza constante a la seguridad y la paz que constituye el cambio climático, ya que pone en riesgo la estabilidad económica y el proceso de desarrollo de los países devastados por fenómenos atmosféricos.