Un grupo de investigadores ha encontrado una manera de crear pequeños diamantes de forma rápida y fácil con sorprendentemente poco calor y sin catalizador alguno. La tecnología contempla extraer de petróleo o gas natural el carbono con ciertas propiedades cristalinas y luego apretarlo entre dos diamantes ya disponibles y calentarlo con un láser.
Uno de los autores del método, el mineralogista Rodney Ewing de la Universidad de Stanford (California, EE.UU.), estima que hasta se ha podido «engañar la termodinámica de lo que generalmente se requiere para la formación de diamantes». Sin embargo, las piedras resultantes son muy pequeñas, comparables en anchura con un pelo humano y su uso puede ser muy limitado.
Los investigadores de Stanford buscaron un modo de fabricar diamantes en laboratorio. «Simplemente quisimos ver un sistema limpio, en el que una sola sustancia se transformara en diamante puro, sin un catalizador», explicó la geóloga Sulgiye Park, autora principal del estudio publicado la semana pasada en Science Advances.
La sustancia inicial para el experimento se obtuvo a partir de petróleo fósil por refinación y era un polvo de carbono estructurado como diamantoides. Ese material tiene la red cristalina dividida en pequeñas unidades compuestas de uno, dos o tres nudos moleculares, pero a diferencia de los diamantes reales, que están hechos de carbono puro, los diamantoides también contienen átomos de hidrógeno.