Este viernes, un hombre del condado estadounidense de Anaheim, en el estado de California, fue condenado a una pena de entre 15 años y cadena perpetua por el asesinato de su esposa, cuyo cadáver acomodó en un sillón para que sus hijos no notaran su muerte mientras desenvolvían los regalos de navidad, informa la agencia AP.
De acuerdo a los reportes, William Wallace, que hace unos meses fuera declarado culpable de asesinato en segundo grado por la muerte de Za’Zell Preston en 2011, empujó a su esposa contra una mesa de vidrio. Según declaró la hija mayor de la víctima, cuando su padrastro llevó a su madre al baño para limpiar sus heridas, la dejó caer, provocando que se golpeara fuertemente en la cabeza con el retrete.
Durante el juicio, la Fiscalía señaló que el individuo arrastró el cuerpo de la mujer desde el dormitorio hasta el sofá de la sala, le colocó unos lentes de sol y obligó a los niños, un bebé de siete semanas y a las dos hijas de Preston, de 3 y 8 años, a abrir los regalos en presencia del cadáver. «Mamá arruinó la Navidad, se emborrachó y arruinó la Navidad», comentó el asesino a los menores.
Por su parte, Heather Moorhead, la abogada defensora, aseguró durante el juicio que su cliente nunca tuvo la intención de matar a Preston y que no fue responsable de las heridas que causaron su muerte, alegando que la víctima tropezó sobre la mesa, haciéndola añicos, debido al estado de ebriedad en el que se encontraba.