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Desafío del Siglo XXI: comunicar para proteger la dignidad humana

Por Emilia Santos Frias.– Comunicar de cara al respeto a la dignidad humana, al derecho al honor, buen nombre y a la propia imagen de las personas, no debería ser un desafío en esta Era de la Tecnología, de la Información y la Conectividad. Pero, paradójicamente lo es. Hecho que resulta incomprensible a sabiendas de que, la comunicación es un elemento racional y emocional del ser humano. Basada en la necesidad de ponerse en contacto con sus semejantes; utilizada para intercambiar ideas de experiencias y asuntos comunes.

Ella es acción. Gracias a su existencia las personas podemos transmitir información, datos, mensajes que nos interrelacionan socialmente. Siempre que esas ideas o pensamientos, sean compartidos, basados en valores como la claridad, empatía…, así se ejercita la comunicación efectiva. Emitida para proteger derechos humanos. Entonces, ¿por qué nos cuestionamos acerca del rol que ejercen actualmente los medios de comunicación de masa?, ¿garantizan derechos de las personas, al ser estos instrumentos por excelencia del proceso de comunicación, avances y cultura?

Es posible que las respuestas y realidad nos pegue duramente en el rostro. Los ejemplos que se observan en la forma de gestionar comunicación y difundir mensajes desde los medios electrónicos no son halagüeños. Excesos de mensajes que degradan, deshumanizan y generan exclusión en grupos poblacionales. Una práctica ya visible en todo tipo de comunicación y comportamiento desde los medios: texto, imágenes y sonido.

Prácticas que solo consiguen amenazar la paz social, al fomentar y normalizar actos de violencia física verbal, psicológica…, hacia las personas, basadas en su religión, etnia, nacionalidad, color de piel, ascendencia, género u otras formas de identidad; prejuicio, intolerancia, exclusión y discriminación.

Fernando Luis González Rey, estudioso de la Epistemología Cualitativa; método y una teoría genética de lo que se entiende por verdad como paradigma en la investigación. Asimismo, de la Metodología constructivo interpretativa; proceso de interpretar y construir conocimiento, a partir de informaciones producidas al aplicar instrumentos que motivan la expresión de los participantes, considera lo siguientes:

“La comunicación es un proceso de interacción social, a través de signos y sistemas de signos, producto de las actividades humanas. Por eso, los seres humanos en el proceso de comunicación expresan necesidades, aspiraciones, criterios, emociones…”. Esto es así, porque implica acción recíproca entre dos o más personas, sea de forma verbal o no.

Siempre, con intencionalidad de transmitir un mensaje y compartirlo de forma circular, no unidireccional. Pudiendo este, influir, con y sin intención, en el comportamiento de las personas involucradas en su emisión. Por eso, como sabemos, gozamos de libertades públicas, las que debemos preservar, pero, al comunicarnos en las redes sociales, en nuestro caso, desde el Periodismo no podemos apartarnos de la ética y la objetividad, porque esta ciencia está al servicio del interés social, siendo la información un bien común. Reconoce y defiende el derecho universal de toda persona a informar correctamente y ser debidamente informadas.

En ese aspecto es necesario procurar también la protección integral de los datos personales; otra forma de proteger derechos inherentes. Evitando caer en noticias falsas o ser promotores de ellas, las que han encontrado en las redes sociales, tierra fértil para su objetivo. En ese sentido, al comunicar para proteger la dignidad humana, se busca preservar la buena fama, los valores morales, el honor, la honradez, la decencia, la rectitud, y la honestidad de las personas…

Por eso, es perentorio que transformemos nuestro lenguaje, entendiendo que la palabra tiene poder. Hacer historias con enfoques garantistas de derechos humanos, fundamentales, medioambientales de las personas, apegado a normas nacionales y supranacionales. Recordemos que vivimos en “una aldea global”, y gracias a la tecnología, tenemos una nueva forma de interrelacionarnos.

Usemos la comunicación como lo que representa: una ventana de oportunidades. Tramitamos respeto a derechos, tanto en los textos elaborados como en las imágenes. Siempre procurando no reproducir estereotipos de género, que solo producen desigualdad y discriminación; vulneran derechos fundamentales, como la paz, la libertad y el desarrollo personal. Asimismo, fomentan agresión y violencia, al ser ideas preconcebidas, que tratan de explicar cómo debe ser el comportamiento de los varones y de las hembras en la sociedad.

Finalmente, recordemos que para comunicar bien un mensaje, hay que dedicar tiempo a pensar. Por algo dice el refrán popular que: quien comunica bien siempre acaba triunfando.

Hasta la próxima entrega.

santosemili@gmail.com

La autora reside en Santo Domingo

Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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