El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Mauricio Claver-Carone, fue destituido este lunes del cargo, según confirmó una fuente a EFE, tras los resultados arrojados por una investigación interna para determinar si tuvo una relación con una trabajadora de esa institución.
La determinación habría sido tomada durante una reunión virtual por la mayoría de los miembros de la asamblea de gobernadores del BID, compuesta principalmente por los titulares de Finanzas de los países que integran el directorio.
Esta decisión, que inicialmente había sido anunciada para el martes, se tomó luego de que la junta directiva de ese organismo regional votara de manera unánime, el pasado jueves, a favor de la destitución de Claver-Carone.
Tras este anuncio, se espera que las postulaciones para estar el frente del banco comiencen la próxima semana.
Una investigación independiente
El exfuncionario de la Casa Blanca fue objeto de una investigación independiente para determinar la veracidad de los señalamientos hechos en un correo electrónico anónimo recibido por la directiva en marzo de este año.
En el escrito se le acusaba de mantener una relación con una empleada del banco, lo que está prohibido por el estatuto interno; de realizar gastos excesivos en viajes y de haber despedido a tres personas que estarían al tanto de lo ocurrido.
Tras meses de indagaciones, por parte del bufete de abogados estadounidense Davis Polk & Wardwell LLP, se determinó que hubo evidencia de algunas de las denuncias. Sin embargo, aún no se conoce cuáles serían.
El funcionario, propuesto por el expresidente Donald Trump para ocupar ese cargo, se defendió de los señalamientos en un comunicado, publicado por el propio BID, donde afirmó que era sujeto de una investigación «arbitraria» y «sin precedentes» en la que se violaron las reglas éticas del organismo. Para él, la institución actuó en defensa de «intereses ideológicos o partidistas».
El nombramiento de Claver-Carone al frente del principal banco de desarrollo de América Latina, en 2020, generó fuerte rechazo, principalmente de Argentina y México, debido a que nació en Florida (EE.UU.). Esto rompió con la tradición, establecida desde 1959 en el BID, de que las riendas del organismo estuviesen en manos de personas latinoamericanas.