INFOBAE.- Luego de haber atravesado más de dos años de distanciamiento por la pandemia COVID-19 en nuestro país y en el mundo entero, en la actualidad se puede volver a disfrutar de la conexión humana por medio de un gesto universal de cariño y afecto tan común como lo es el abrazo.
La necesidad de un abrazo que tienen las personas se debe a factores tanto biológicos como psicológicos, debido a que somos seres sociales y emocionales que deseamos contacto físico con los demás y que experimentamos bienestar emocional con cada caricia compartida. Porque, tal como lo afirma el Ministerio de Salud del Perú (Minsa), un simple abrazo hace la diferencia.
Sin embargo, tal vez lo que muchos ignoran es que el abrazo contribuye a la salud mental de quienes establecen este tipo de contacto cuerpo a cuerpo. Hoy, que es el Día Mundial del Abrazo, es una buena oportunidad para descubrir por qué abrazar es saludable y cuáles son los efectos positivos para la salud mental. Porque no hay mejor manera de celebrar este día que con un fuerte, cálido y tierno abrazo.
Historia del Día Mundial del Abrazo
Lejos de angustiarnos, ser más sabios y llenarnos de la responsabilidad de atesorar cada momento con las dos manos (Getty)
El Día Mundial del Abrazo se conmemora cada 21 de enero y se ha consolidado como una tradición que celebra el afecto entre las personas. En 1986, Kevin Zaborney, psicólogo de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, creó esta iniciativa con la intención de fomentar el gesto de darse un abrazo entre amigos y seres queridos. La filosofía detrás del Día Mundial del Abrazo consiste en que cada abrazo incrementa la salud mental de las personas.
Ocho abrazos al día
A medida que el Día Mundial del Abrazo ha ido ganando popularidad, se ha hecho más común escuchar acerca de cuánto debe durar cada abrazo o cuántos abrazos se necesitan para que este gesto de cariño mejore la salud mental.
Por un lado, Christy Kane, psicóloga de la Universidad del Sur de California que cuenta con más de 20 años de experiencia en el área de la salud mental, propuso que, para experimentar el bienestar emocional que ofrecen los abrazos, estos debían tener una duración de por lo menos ocho segundos.
Adulto mayor dando un abrazo a su hijo (Freepik)
Kane, especialista en tratamientos de ansiedad y depresión, propone que dar y recibir un abrazo de ocho segundos ocho veces a lo largo del día es una importante fuente de bienestar emocional.
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Por otro lado, la psicoterapeuta estadounidense Virginia Satir fue más precisa todavía con respecto a la cantidad de abrazos que cada persona debe dar y recibir a diario, como si se tratase de una medicina o una terapia. Ella afirmó que “necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho abrazos para sentirnos bien y doce abrazos al día para crecer y ser más felices”.
Las afirmaciones de Kane y Satir concuerdan con un estudio en el que participaron más de 20 mil adultos mayores, de más de 65 años. Se realizó una comparación entre quienes recibían abrazos todos los días, la mayor parte de los días o algunos días frente a los que nunca recibían abrazos. Se comprobó que quienes recibían abrazos eran más longevos que quienes no recibían ningún abrazo.
Beneficios de los abrazos para la salud mental
Hombre sonriendo y con los brazos abiertos listo para abrazar a alguien (Freepik)
Entre los beneficios para la salud mental que ofrecen los abrazos, podemos destacar los siguientes:
- Reduce el estrés: recibir abrazos puede reducir el impacto negativo del estrés tras conflictos, promoviendo así un mejor estado de ánimo. El contacto afectivo que implica un abrazo, desactiva áreas del cerebro relacionadas con la respuesta de estrés y reduce la liberación de hormonas asociadas el estrés como el cortisol y la norepinefrina.
- Fortalece los vínculos afectivos: un contacto físico, como el abrazo, desencadena en el organismo una liberación de oxitocina, conocida como la hormona del amor. Este proceso químico refuerza las relaciones afectivas entre las personas, como madres e hijos, parejas románticas o amigos cercanos.
- Mejora la autoestima: el abrazo es una forma de contacto social que no solo promueve una mayor cercanía con otros, sino que también contribuye a una sensación de autoestima y bienestar. Compartir un abrazo puede potenciar los niveles de serotonina y dopamina, además de estimular la liberación de endorfinas, hormonas asociadas al alivio del dolor y a una sensación de placer. Este bienestar emocional de los abrazos favorece a la autoestima porque mejora la percepción personal que se tiene de uno mismo.
- Ayuda a dormir mejor: al reducir los niveles de cortisol, el abrazo ayuda a prevenir el insomnio. El cortisol es una hormona que desempeña un papel significativo en la regulación de los ciclos de vigilia y sueño, pero cuando se encuentra en niveles elevados originados por el estrés puede resultar en interrupciones del sueño.