Una subcomisión de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, de la Cámara de Diputados, se trasladó al Centro Corrección y Rehabilitación CCR Rafey Hombres y CCR Rafey Mujeres en la provincia de Santiago, con la finalidad de dar seguimiento al trato de los internos y el respecto a los Derechos Humanos en las mismas.
El diputado Santiago Vilorio, presidente de la subcomisión, manifestó que el traslado hasta ese lugar se realizó a fin de verificar las condiciones de los privados de libertad y que no ocurra ninguna violación a sus derechos fundamentales.
El legislador manifestó que la mayoría de las cárceles del país tienen una sobrepoblación y sus condiciones son precarias y por esta razón los diputados y diputadas de la Comisión de Derechos Humanos, tienen la misión de verificar y fiscalizar si esta cárcel del Nuevo Modelo Penitenciario cumple con las normas establecidas.
En el recorrido, los diputados fueron recibidos por el director del recinto, Desiderio Galva y la directora del Centro de Capacitación y Rehabilitación Rafey Mujeres, Betsaida Ramos.
Durante el recorrido, los directores mostraron a los legisladores las condiciones de las instalaciones y los programas de desarrollo que se realizan en el recinto penitenciario.
El alcaide Desiderio Galva explicó, que los internos reciben una alimentación balanceada tres veces al día (desayuno, comida y cena) que es preparada en el mismo reclusorio por dos empleadas pagadas por el Estado y la cooperación de los internos.
Periódicamente, los internos son sometidos a chequeos médico por un equipo de galenos y a consultas jurídicas por profesionales del derecho asignados al penal. Las celdas son más confortables que las de épocas anteriores. En cada una, los recluidos disfrutan de un abanico, un armario para guardar sus pertenencias, las camas poseen colchones, sábanas y almohadas.
En cuanto a su educación y preparación, el director del centro, Galva, afirmó que la alfabetización es obligatoria para los reclusos, y también se imparten cursos de inglés, informática, guitarra, canto y pintura a lienzo.
Otros oficios que éstos aprenden son herrería, desabolladura y pintura de vehículos, ebanistería. En el penal también funciona una panadería donde los mismos reclusos elaboran el pan que consumen y otros productos de la harina. El dinero que obtienen del pago de trabajos es depositado en una cuenta y el interno decide si los utiliza en cupones o se les deposita a sus familiares.
Rafey-Mujeres
Al igual que en el centro de hombres, las internas están divididas en pabellones (A y B); uno para aquellas que son fumadoras y el otro para las que no lo son. La alfabetización es obligatoria y actualmente unas 15 reclusas aprenden a leer y a escribir.
Las internas reciben cursos de costura en un taller que funciona en el centro y que es auspiciado por el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), que le proporciona el material y los profesores. El título obtenido es técnico en corte y costura.
El presidente de la comisión de Derechos Humanos Juan Dionisio Restituyo explicó que la República Dominicana tiene un plan de Derechos Humanos 2022, aprobado por organismos internacionales y que el objetivo es llevar a cero las violaciones de los derechos en centros penitenciarios.
Luego del recorrido, los legisladores dijeron sentirse satisfecho con las condiciones del penal y aunque consideran que hay cosas que mejorar, este penal está acorde al Nuevo Modelo Penitenciario. De igual manera se comprometieron a gestionar por las vías correspondientes los recursos para apoyar en el mejoramiento de las instalaciones de ambos centros.
Al descenso asistieron además los diputados Heriberto Aracena, Dulce Mercedes Quiñones, Braulio Espinal, Mateo Espaillat, Ignacio Aracena y Nelsa Shoraya Suárez.