Donald Trump volvió a escribir una página de la historia con Corea del Norte este domingo al convertirse en el primer presidente de Estados Unidos en pisar suelo norcoreano, en un encuentro con Kim Jong Un que permitió reactivar las negociaciones sobre el programa nuclear.
Más de un año después de su primera cumbre en Singapur, los dos dirigentes se reunieron de nuevo, esta vez en un lugar emblemático, la Zona Desmilitarizada (DMZ), que separa las dos Coreas desde el final de la guerra de Corea (1950-53).
Desde que la DMZ fue implementada en 1953, todos los presidentes estadounidenses (con excepción de George Bush padre) visitaron esa icónica frontera, pero ninguno logró reunirse con un líder norcoreano.
Acompañado por el líder de Pyongyang, vestido con su tradicional traje Mao antracita, el magnate estadounidense cruzó la línea de demarcación que materializa la frontera y dio varios pasos en territorio norcoreano, antes de dar media vuelta.
Ambos posaron luego para los fotógrafos detrás de la línea de demarcación, en el pueblo de Panmunjom, donde fue firmado el armisticio de 1953.
«Es un gran día para el mundo», dijo el dirigente estadounidense, afirmando sentirse «orgulloso de haber cruzado esa línea». Por su parte, Kim Jong Un dijo esperar «superar los obstáculos» gracias a su relación «maravillosa» con Trump.
«El hecho que los dos países, a pesar de una larga relación de hostilidades, puedan estrecharse las manos por la paz en un lugar que simboliza la división (…) demuestra que el presente es mejor que el pasado», destacó Kim Jong Un.Kim ya cruzó la frontera hacia el Sur el año pasado para su primera cumbre en la DMZ con el presidente surcoreano, Moon Jae-in.