El Departamento de Justicia de EE.UU. ha iniciado una investigación criminal sobre el ‘hackeo’ de la criptobolsa FTX, que le costó 372 millones de dólares y fueron extraídos horas después de que la empresa se declarara en quiebra, informa Bloomberg citando fuentes anónimas. Esta causa penal está separada de la de fraude contra el cofundador de FTX Sam Bankman-Fried.
El «acceso no autorizado» a los activos de la criptobolsa tuvo lugar el 11 de noviembre, cuando FTX se había declarado en quiebra. Bankman-Fried sugirió en entrevistas antes de su detención que este robo fue una operación interna. Sin embargo, también podría tratarse de un ‘hackeo’ externo que aprovechó las vulnerabilidades de la empresa tras el colapso.
La investigación está dirigida por el Equipo Nacional de Fiscalización de Criptomonedas (NCET, por sus siglas en inglés), un organismo centrado en investigaciones de activos digitales, según Bloomberg.
Además, las autoridades estadounidenses lograron congelar parte de los fondos robados. Sin embargo, los fondos congelados solo representan una fracción de la cantidad total, ya que no todas las criptobolsas cooperan con las fuerzas de seguridad estadounidenses.