El Gobierno de EE.UU. planea recolectar muestras de ADN de todos los inmigrantes detenidos tras ingresar en territorio estadounidense de manera ilegal, según han manifestado altos cargos del Departamento de Seguridad Nacional norteamericano (DHS, por sus siglas en inglés) a periodistas este 2 de octubre.
Ese organismo desarrollara esta iniciativa en coordinación con el Departamento de Justicia de EE.UU. para almacenar datos sobre los arrestados en una base de criminales del FBI, incluso de personas que podrían no haber sido acusadas de ningún otro delito.
Además, otras divisiones del Gobierno podrán utilizar esa información, una medida que podría provocar críticas por parte de grupos que defienden los derechos civiles.
«Ya recolectamos datos biométricos tradicionales, esto será un conjunto adicional que nos ayudaría a la identificación futura de las personas», aunque aún están elaborando los detalles del programa y no hay fecha para su lanzamiento, explicaron esas fuentes del DHS.
Este proyecto aportaría «un perfil más completo» y resulta «fundamentalmente diferente» de las pruebas de ADN rápidas que ya realiza la Patrulla Fronteriza de EE.UU. desde los principios de este año para determinar la filiación de los sospechosos.
En el año fiscal 2018, se registraron 396.579 detenciones en la frontera de EE.UU. con México y la gran mayoría de las personas detenidas procedía de El Salvador, Honduras y Guatemala.