Washington está aumentando «drásticamente» los aranceles a productos procedentes de China como vehículos eléctricos, baterías y semiconductores. De acuerdo con la Casa Blanca, la medida está «cuidadosamente dirigida a sectores estratégicos«, incluidos el aluminio y el acero, los minerales críticos, las células solares, las grúas portuarias y los productos médicos.
En total, los aranceles se aplicarían a importaciones chinas por un valor total de 18.000 millones de dólares a lo largo de los próximos dos años. Los aranceles para los vehículos eléctricos importados de China subirán del 27,5 % al 100 %, hasta el 50 % para los componentes solares y el 25 % para todos los demás sectores.
Esta medida «garantizaría que las históricas inversiones en empleos impulsadas por las acciones del presidente Biden no se vean socavadas por una avalancha de exportaciones de China injustamente subvaluadas«, declaró Lael Brainard, asesora económica nacional de la Casa Blanca.
«China está utilizando el mismo manual de estrategia que utilizó antes para impulsar su propio crecimiento a expensas de otros, al continuar invirtiendo a pesar del exceso de capacidad china e inundando los mercados globales con exportaciones que están subvaluadas debido a prácticas desleales», agregó la funcionaria.
EE.UU. no busca «socavar» a China
En este contexto, un funcionario estadounidense cuyo nombre no fue mencionado aseguró que la Administración Biden no pretende «socavar» el desarrollo de China con sus medidas, ni tampoco desestabilizar las relaciones entre las dos potencias.
No obstante, precisó que Pekín produce sus mercancías a un ritmo «muy superior a cualquier estimación plausible de la demanda global«, factor que podría favorecer la inundación de los mercados mundiales y perjudicar la capacidad productiva estadounidense.
«Eso reduce la resiliencia de nuestra cadena de suministro, lo que nos deja a todos en todo el mundo más vulnerables a la coerción económica«, concluyó.
Fuente RT