El tabaquismo causa daños severos en el organismo y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, respiratorias y cerebrovasculares. En el Día Mundial Sin Tabaco, cuáles son los peligros de la adicción.
El tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública: el consumo de tabaco mata a más de 8 millones de personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo de terceros.
Estas cifras muestran que el consumo de cigarrillos es la principal causa de muerte evitable en el mundo.
El cigarrillo es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un nivel seguro de exposición al tabaco. Fumar cigarrillos es la forma de consumir tabaco más extendida en todo el mundo pero también existen otras maneras: las pipas de agua o narguile, cigarros, habanos o tabaco picado.
Además, cerca del 80% de los 1.300 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos medianos y bajos, como Argentina, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto. El consumo de tabaco afecta tanto a la persona fumadora como a quienes lo rodean.
El tabaquismo causa daños severos en el organismo y es un factor de riesgo que agrava las posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas, respiratorias y cerebrovasculares.
Además, el humo de tercera mano puede causar graves trastornos cardiovasculares y respiratorios en adultos, mientras que en lactantes puede ocasionar muerte súbita y en las mujeres embarazadas, afectar el peso de los niños al nacer.
Desde 1987, cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, este año, en el contexto de la crisis ambiental la Organización Mundial de la Salud (OMS) y asociaciones antitabáquicas a nivel global buscan divulgar el impacto ambiental del tabaco, desde su cultivo y producción hasta su distribución, sin olvidar los residuos que genera.
El tabaquismo es un factor de riesgo modificable y prevenible y, en los últimos años, la implementación de políticas de control del tabaco se ha extendido mundialmente. Cada vez es mayor la población que toma conciencia del daño que genera el tabaco y que está protegida por alguna de las cinco principales políticas contenidas en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco:
1 – Prohibición completa de la publicidad, promoción y patrocinio incluyendo la exhibición de los productos
2 – Disponibilidad de estrategias de tratamientos asequibles para dejar de fumar
3 – Advertencias sanitarias con pictogramas en los envases de los productos de tabaco
4 – Ambientes cerrados 100% libres de humo de tabaco
5 – Aumento de impuestos para generar productos más caros y menos asequibles
En Argentina, aunque la tendencia del consumo es descendente tanto en jóvenes como en adultos, la prevalencia y la mortalidad siguen siendo altas en comparación a otros países de la región, y las políticas públicas tienen un avance muy lento.
Fuente: Infobae