Con la confirmación de los primeros casos de coronavirus en Argentina y Chile, ya suman seis los países de Latinoamérica con presencia de la enfermedad surgida en Wuhan, China, y que se extendió a todos los continentes del planeta, a excepción del Antártico.
El gigante asiático, clave en el intercambio comercial con la región, es el país más afectado: registra cerca de 3.000 muertes y más de 80.000 casos verificados. Los efectos económicos ya son notorios: China tiene fábricas paralizadas, miles de vuelos han sido cancelados y su producción se contrajo en 2 % en febrero.
Ante este panorama, si los pronósticos de crecimiento económico para América Latina y el Caribe eran bajos para este 2020 —2.6 %, de acuerdo a estimaciones del Banco Mundial—, con la llegada del coronavirus, el desarrollo podría verse todavía más estancado.
Es que países como Chile, Argentina, Brasil o México, en cuyos territorios se han detectado pacientes con coronavirus, tienen, en mayor o menor medida, buena parte de sus economías atadas a la del país asiático, que ha tomado medidas restrictivas para evitar la propagación del virus.
«Efecto dominó»
Recientemente, en su informe ‘Perspectivas económicas provisionales, marzo 2020’, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió sobre una desaceleración breve del PIB de China, que caería por debajo del 5 % en 2020, tras el 6,1% de 2019.
El organismo auguró además «graves efectos del brote de Covid-19 en todo el mundo», por un «efecto dominó» que hará caer la confianza y alterará las cadenas de suministro, incluso en los países menos afectados por la enfermedad.