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En RD el 10% de niños entre 2 y 17 años tiene algún tipo de discapacidad motora, auditiva o visual, dice UNICEF

El número de niños con discapacidad en el ámbito mundial se estima en casi 240 millones, según el análisis estadístico más completo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), efectuado por la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra cada año en fecha 3 de diciembre.

El documento de estudio destacó que los niños con discapacidades están en desventaja en comparación con los niños sin discapacidades en la mayoría de las medidas de bienestar infantil.

“Esta nueva investigación confirma lo que ya sabíamos: en el ejercicio de sus derechos, los niños con discapacidad se enfrentan a múltiples desafíos que a menudo se superponen”, dijo la directora ejecutiva de UNICEF desde la sede en Nueva York, Henrietta Fore.

El informe incluyó datos internacionalmente comparables de 42 países y abarca más de 60 indicadores del bienestar infantil, desde la nutrición y la salud hasta el acceso al agua y el saneamiento, la protección contra la violencia y la explotación, y la educación.

Estos indicadores se desglosan por tipo de dificultad funcional y gravedad, género, situación económica y país. La investigación pone de manifiesto los obstáculos a los que se enfrentan los niños con discapacidad para participar plenamente en sus sociedades y los efectos negativos para la salud y las poblaciones que a menudo se derivan de esta situación.

 En comparación con los niños sin discapacidad, los niños con discapacidad tienen:

Un 24% menos de probabilidades de recibir una atención temprana y receptiva;

Un 42% menos de probabilidades de tener conocimientos básicos de lectura, escritura y aritmética;

Un 25% más de probabilidades de sufrir emaciación y un 34% más de probabilidades de sufrir retraso en el crecimiento;

Un 53% más de probabilidades de sufrir síntomas de infección respiratoria aguda;

Un 49% más de probabilidades de no haber asistido nunca a la escuela;

Un 47% más de probabilidades de no asistir a la escuela primaria, un 33% más de probabilidades de no asistir al primer ciclo de secundaria y un 27% más de probabilidades de no asistir al segundo ciclo de secundaria;

Un 51% más probabilidades de sentirse infeliz;

Un 41% más probabilidades de sentirse discriminado;

Un 32% más de probabilidades de sufrir castigos corporales graves.

Sin embargo, la experiencia de la discapacidad varía mucho. Las informaciones demuestran que existe un espectro de riesgos y resultados según el tipo de discapacidad, el lugar donde vive el niño y los servicios a los que puede acceder. Esto pone de relieve la necesidad de diseñar soluciones específicas para abordar las desigualdades.

En el caso de República Dominicana, según los datos de la encuesta ENHOGAR MICS 2019, realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) con apoyo de UNICEF, el 10% de niños o niñas entre 2 y 17 años tienen algún tipo de discapacidad motora, auditiva o visual. Esta cifra aumentaría si se incluyera la discapacidad intelectual.

De su lado, la representante de UNICEF en el territorio dominicano, doctora Rosa Elcarte manifestó que: “el país tiene muchos retos pendientes, tanto para la prevención de la discapacidad en la infancia, empezando por la urgente necesidad de contar con un tamizaje neonatal, ya que a través de una gotita de sangre del talón del recién nacido se pueden detectar varias enfermedades y que de tener un tratamiento oportuno no se desarrollen discapacidades, como para la atención y la rehabilitación de niños y niñas con discapacidad”.

Enfatizó en que “para lograr la meta, se hace necesario coordinar redes de rehabilitación por toda la nación, así como hospitales pediátricos de tercer nivel, al menos desde una perspectiva regional”.

Asimismo, añadió que “República Dominicana tiene un gran reto respecto a la inclusión de infantes con discapacidad a los distintos servicios básicos, por ejemplo, la mencionada encuesta de ONE establece que el 23% de los niños con alguna discapacidad motora, auditiva o visual no acude a la escuela, este dato también aumentaría mucho si se incluyera la discapacidad intelectual.

Finalmente, concluyó que “resulta preocupante que el país todavía no tiene prestaciones para programas de protección social destinados a las familias que tienen hijos o hijas con discapacidad, y que, por tanto, los gastos que conllevan los diagnósticos, los tratamientos y la rehabilitación, denotan un marcado empobrecimiento en estas familias”.

De igual manera, en el comunicado, se mencionó que el Estado dominicano, por medio del Ministerio de Educación (MINERD) está haciendo esfuerzos importantes, con el soporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, a fin de fortalecer el Centro Nacional de Recursos para las Necesidades Específicas de Apoyo Educativo Olga Estrella, para que pueda ofrecer a los docentes mejores recursos pedagógicos y robustecer sus capacidades, y de esta forma los maestros y las maestras puedan facilitar una educación inclusiva y de mayor calidad a la niñez que presenta discapacidad; sobre esto, refieren que aún queda mucho por hacer, pero que se van dando los pasos para obtener dicha meta.

Se puntualizó que el acceso a la educación es uno de los diversos temas que se examinan en el citado informe, puesto que, a pesar del acuerdo generalizado sobre la relevancia de la educación, los niños con discapacidad siguen quedándose atrás a la hora de recibirla. Los visibles hallazgos concluyen que los niños con dificultades para comunicarse y ocuparse de sí mismos son los que tienen más probabilidades de no asistir a la escuela, independientemente del nivel educativo. Las tasas de desescolarización son más elevadas entre los niños con múltiples discapacidades y las disparidades son aún más significativas si se tiene en cuenta la gravedad de la condición.

“La educación inclusiva no puede considerarse como un lujo. Durante demasiado tiempo, los niños con discapacidad han sido excluidos de la sociedad de una manera que ningún infante debería sufrir. Mi experiencia como mujer que vive con discapacidad corrobora esta afirmación”, indicó Maria Alexandrova, de 20 años, defensora de los jóvenes de UNICEF por la educación inclusiva.

Se informó que UNICEF trabaja con socios o asociados en todo el mundo y localmente para ayudar a hacer realidad los derechos de la niñez con discapacidad. Todos los niños, niñas y adolescentes, incluidos los que viven en condiciones de discapacidad, deben tener voz y voto en los problemas que afectan a sus vidas, y deben tener la oportunidad de desarrollar su potencial y reclamar por sus derechos, por lo que esta entidad de la ONU hace un llamado a los gobiernos para que:

Proporcionen a los niños con discapacidad igualdad de oportunidades. Las autoridades deben colaborar con las personas con discapacidad para eliminar las barreras físicas, de comunicación y de actitud que las mantienen al margen de la sociedad, y garantizar la inscripción de los nacimientos; la inclusión de los servicios de salud, nutrición y agua; la educación equitativa; y el acceso a las tecnologías de asistencia. También, deben trabajar para erradicar el estigma y la discriminación en todas las comunidades.

Consulten a las personas con discapacidad y tengan en cuenta toda la gama de discapacidades, así como las necesidades específicas de los niños y sus familias, a la hora de proporcionar servicios inclusivos y una educación equitativa de calidad. Esto incluye fomentar una atención receptiva y respetuosa, establecer políticas favorables a la familia, apoyar la salud mental y psicosocial, y promover la protección contra el abuso y la negligencia.

Estas indagaciones pretenden mejorar la inclusión de 1 de cada 10 niños y jóvenes con discapacidad en todo el mundo, garantizando que se cuente con ellos, se les consulte y se les tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones.

La nueva estimación global del número de niños con discapacidades es más alta que las estimaciones anteriores y se basa en una comprensión más significativa e inclusiva de las mismas, que considera las dificultades en varios dominios de funcionamiento, así como los síntomas de ansiedad y de depresión.

«La exclusión es a menudo la consecuencia de la invisibilidad. No hemos tenido datos confiables sobre el número de niños con discapacidades durante mucho tiempo. Cuando no contamos, consideramos y consultamos con estos infantes, no los estamos ayudando a alcanzar su vasto potencial”, aseguró Fore.

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