Economía

España: Entidad religiosa reconoce que uno de sus monjes fue un «depredador sexual y pederasta»

Andreu Soler, un monje de la Abadía de Montserrat, en la provincia de Barcelona (España), ha sido descrito como «un depredador sexual y un pederasta» en el informe resultante de una investigación interna, a cargo de una comisión independiente creada por el actual abad del propio monasterio. 

Soler, fallecido en 2008, fue durante 40 años el responsable de los ‘escoltas’ de Montserrat, una agrupación juvenil vinculada a la Abadía.

En ese cargo, tal como indica el reporte de la comisión, abusó de varios menores, con total impunidad, durante casi tres décadas, haciendo de ello «un modo de vida, un patrón repetitivo sin arrepentimiento ni propósito de cambio ni admisión de la culpa», algo que la comisión considera «totalmente censurable e incriminable».

«En la mayoría de los casos, los relatos son muy similares –describen los autores del texto–, iniciándose con un acercamiento del Hermano Andreu al menor a fin de ganarse su confianza y así poder abusar sexualmente de él».

La comisión denuncia, en su apartado de conclusiones, que en los abusos que Soler cometió entre 1972 y 1999, «se omitió cualquier tipo de actuación», aunque admiten no haber podido dilucidar, entre las «versiones contradictorias» existentes, si el entonces abad del monasterio, Sebastià Bardolet (que tiene ahora 85 años), «escondió lo que sucedió o simplemente actuó por desconocimiento de la situación».

Dolor y sufrimiento

El informe, breve pero preciso en sus descripciones y conclusiones, también destaca que, tras los abusos, «la huella y las consecuencias emocionales y psicológicas para el menor son imborrables».

«El efecto que a lo largo de los años los abusos han tenido sobre ellos –continúa el documento en este sentido– depende de cada menor (actualmente ya adultos), de sus circunstancias personales, de su entorno y de la forma individual de afrontar el trauma».

En cualquier caso, el documento termina con una serie de recomendaciones, entre las que destaca la del «reconocimiento de los hechos y petición de perdón» a las víctimas por parte de la congregación, así como la realización de un esfuerzo orientado a su «reparación emocional y acompañamiento».

Como respuesta al informe, el actual abad y la comunidad de Montserrat han difundido su propio comunicado, en el que piden «perdón a todas las víctimas» de estos «casos vergonzosos de abusos a menores cometidos por miembros» de la comunidad. «Nos ponemos a su disposición, como hemos hecho en todo momento, para ayudarlos en su dolor y sufrimiento», agrega el texto.

Además, la congregación ha anunciado que, «siguiendo las recomendaciones de la comisión y para evitar que hechos como estos vuelvan a producirse en Montserrat», elaborarán «un plan de protección de menores que aumentará y mejorará los mecanismos de prevención y detección existentes actualmente». 

La abadía también asegura que pondrá el resultado de su investigación interna en conocimiento de la fiscalía y de los organismos competentes del Vaticano. 

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