El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna Marin, han anunciado este domingo en una rueda de prensa conjunta en el palacio presidencial de Helsinki que el Gobierno ha tomado la decisión de solicitar la membresía en la OTAN.
Se espera que el Parlamento finlandés respalde la decisión en los próximos días, aunque se considera que esto es solamente una formalidad. Después de ello, Finlandia entregará la solicitud de adhesión a la Alianza Atlántica en su sede en Bruselas, paso que se dará con toda probabilidad la próxima semana.
«Es una decisión histórica que nos vayamos a unir a la OTAN, y esperemos que estamos tomando las decisiones junto con Suecia», declaró Marin ante los periodistas. En cuanto a los cambios que supone esa decisión para el país, la primera ministra afirmó que el ingreso en la OTAN no lo va a cambiar todo.
«Todavía nos quedarán nuestras propias capacidades de defensa, que son muy fuertes, y todavía somos responsables de nuestra propia defensa. También creo que es muy importante señalar que nuestras decisiones, junto con las decisiones suecas, van a tener un impacto y afectar a toda la región nórdica», sostuvo Marin, agregando que esa alianza va a «reforzar las capacidades defensivas de todos los países».
Por su parte, el presidente señaló que no prevé «grandes cambios en la vida diaria» de los finlandeses tras su ingreso a la Alianza Atlántica.
«Está más en nuestras mentes. Si sabes que tienes un país seguro donde vivir, que construir y donde trabajar, esto tiene un impacto en todo tu comportamiento, incluso si no te acuerdas de ello cada día», expresó Niinisto.
Niinisto y Marin anunciaron su intención de solicitar el ingreso al bloque militar «sin demora» el jueves, adelantando que «se acerca el momento de la toma de decisiones».
El sábado, el mandatario finlandés llamó por teléfono a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para comunicarle que Helsinki planea presentar la solicitud de ingreso en el bloque militar en los próximos días para reforzar su propia seguridad.
Tanto Finlandia, como la vecina Suecia llevaban años oponiéndose a la idea de unirse a la OTAN en un aparente intento de mantener la neutralidad entre Rusia y Occidente, pero esa dinámica cambió después del inicio de las acciones militares de Moscú en Ucrania.