El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, solicitó este miércoles a su par francés, Emmanuel Macron, la implicación del país galo y de otros miembros de la comunidad internacional en la búsqueda de estabilidad en Haití, reporta una nota de prensa de la presidencia dominicana.
En una reunión celebrada el Palais des Rois Sardes, en la ciudad francesa de Niza, los mandatarios expresaron su «respaldo al trabajo que hacen las fuerzas kenianas y la misión internacional» desplegadas en el país caribeño para hacer frente a la ola de violencia generada por las pandillas, que ha derivado en desplazamientos forzados y precarización general de la vida.
A este respecto, el Gobierno de República Dominicana refirió que «Macron manifestó su disposición de colaborar en materia de seguridad y defensa» con el país caribeño, si bien no se precisaron los términos de la referida colaboración.
Expolio duradero
La petición de Abinader a Macron resulta de algún modo sorprendente, dadas las complejas relaciones entre París y Puerto Príncipe. Colonia francesa por casi 300 años, Haití obtuvo su independencia a inicios del siglo XIX pero la metrópoli le demandó el pago de reparaciones por 150 millones de francos en cinco cuotas anuales, una cifra mucho mayor que la que sus menguadas arcas le permitirían honrar.

De acuerdo con una investigación de The New York Times que vio la luz en 2022, el temor a ser nuevamente invadida, empujó a la naciente república a solicitar préstamos a un grupo de bancos franceses. Los pagos se extendieron durante 64 años y equivalen, en tiempos contemporáneos, a 560 millones de dólares.
Tal situación, conocida como la doble deuda, condujo a que la nación perdiera entre 21.000 y 115.000 millones de dólares en crecimiento económico. En perspectiva, el monto representa ocho veces el tamaño de la economía haitiana, según datos de 2020.
Adicionalmente, Francia reforzó su posición de dominio sobre su antigua colonia al erigirse como socio preferente de negocios que solo beneficiaban a París. En este esquema fue relevante la conformación del Banco Nacional Haitiano, que en los hechos era operado por el francés Crédit Industriel et Commercial y cobraba comisiones por todas las transacciones que hacía el Gobierno haitiano.
Inclusive, los periodistas del citado medio encontraron registros de que el Crédit Industriel y sus socios desviaron decenas de miles de millones de dólares de las arcas de Haití, al tiempo que acosaban al país con más préstamos.