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Gane quien gane, Colombia tendrá una vicepresidenta afrodescendiente: ¿cuáles son sus propuestas? 

Si bien los focos han estado en sus compañeros de fórmula a la presidencia, ambas han delineado su visión sobre el rumbo que debería tomar el país suramericano.

Dos mujeres afrodescendientes que no han tenido participación previa en la arena política se disputan la vicepresidencia en Colombia. Si bien los focos han estado en sus compañeros de fórmula a la presidencia, ambas han delineado su visión sobre el rumbo que debería tomar el país suramericano en los próximos cuatro años según sus propias luchas y experiencias.

No es la primera vez que una mujer alcanza ese cargo en el país suramericano. Le correspondió a la antecesora Marta Lucía Ramírez, quien también fue ministra de Relaciones Exteriores del Gobierno de Iván Duque, ser la pionera en un país donde la política históricamente ha estado dominada por los hombres.

Francia Márquez va de la mano del progresista Gustavo Petro, por el Pacto Histórico, y Marelen Castillo, junto al independiente Rodolfo Hernández, por la Liga de Gobernantes Anticorrupción. En las últimas semanas, después de la primera vuelta, ambas han tenido menor participación en los medios, si se les compara con el espacio ocupado por los candidatos. A pesar de esto, no han escapado de las controversias.

A pocos días de las elecciones, pareciera haber un empate entre la opción progresista de Petro, respaldada por el activismo social de Márquez, y la poco convencional de Hernández, que propone como vicepresidenta a una mujer que no conocía con anterioridad y que ha tenido una dilatada vida académica.

Aunque el candidato del Pacto Histórico pasó a segunda vuelta con una diferencia de poco más de 12 puntos porcentuales sobre el fundador de la Liga de Gobernadores Anticorrupción, algunas encuestas le dan una ligera ventaja al autodenominado ‘Rey del Tiktok‘, que ha basado su campaña en las redes sociales y en la polémica. Ya en la primera vuelta dio un salto que desbancó a Federico Gutiérrez, el abanderado del oficialismo, que quedó en tercer lugar y fuera de la carrera por la silla presidencial.

Las mujeres colombianas

La vida de Márquez ha estado atravesada por una realidad común entre las mujeres colombianas: pobreza, violencia, desplazamiento y embarazo adolescente. Además, trabajó en una mina y fue empleada doméstica.

Su historia delinea la situación de las colombianas en un país donde hay brecha de género, desigualdad y exclusión sistemática. En Colombia, ser mujer aumenta la posibilidad de estar en pobreza monetaria y extrema.

La tasa de desempleo, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), es de 22,9 % para las mujeres y 13,8 % para los hombres; mientras que el 12,1 % de las trabajadoras reciben menos ingresos que los trabajadores.

Márquez también formó parte del estallido social de 2021, donde las mujeres tuvieron un papel importante en la movilización popular compuesta por jóvenes de distintos estratos, campesinas, estudiantes, trabajadoras e integrantes de colectivos y organizaciones populares afro, indígenas, feministas, entre otras.

Las propuestas

La promesa de la construcción de «una Colombia antirracista, antipatriarcal, anticlasista, capaz de cuidar su casa, el territorio» es la base de su propuesta en la vicepresidencia.

Las afirmaciones hechas por Márquez han tenido que pasar por los filtros de quienes se oponen a un eventual avance del progresismo en Colombia. La candidata varias veces ha tenido que aclarar el verdadero significado de sus expresiones en medio de muestras de discriminación y racismo.

Cuando se refirió a los «mayores y mayoras«; a «los nadies», encarnados por las poblaciones de afrocolombianos indígenas, campesinos, que frecuentemente denuncian el abandono estatal, o al «vivir sabroso«, rápidamente se abalanzaron sobre ella distintas figuras políticas y públicas para cuestionarla.

A pesar de que su participación en la campaña se vio empañada por varias amenazas de grupos armados ilegales, su mensaje a favor de un cambio se caracterizó por un tono conciliador y enraizado en la cultura colombiana, más que en la confrontación directa.

«Faltan cinco días para decirle basta a más de lo mismo. Ya no más odio, no más tristeza, no más engaños. Vamos querida Colombia este 19 de junio todos y todas a votar para seguir moviendo corazones y alcanzar el sueño de un país en paz, sin corrupción, sin miedo. Podemos y merecemos vivir sabroso», escribió en su cuenta de Twitter.

Las diferencias con su compañero de fórmula también han estado presentes. Una de ellas quedó en evidencia cuando expresó su rechazo a un eventual acuerdo político del expresidente liberal César Gaviria con el Pacto Histórico debido a que considera que su figura representa  al «neoliberalismo». Tras esto, el exmandatario abandonó su intención de negociar.

El tema del feminismo también ha causado divergencia entre Petro y Márquez debido a que tienen visiones distintas sobre su significado y alcance. Del mismo modo, el exalcalde de Bogotá se mostró partidario del «aborto cero» en un debate en el que la candidata lo atajó y le dijo: «Yo le pregunto a Petro, ¿cuántas mujeres tienen que morir, cuántas mujeres tienen que pasar por estas situaciones dolorosas hasta que llegue el aborto cero?», le increpó.

La trayectoria de Francia Márquez

Márquez nació en diciembre de 1981 en la vereda Yolombó, corregimiento del municipio de Suárez, en el departamento del Cauca, signado por la violencia producto del conflicto armado, la minería ilegal, el narcotráfico y el asesinato de líderes sociales en los últimos años.

En su página web, la abogada y expresidenta del Comité Nacional de Paz Reconciliación y Convivencia como parte del acuerdo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) y el Gobierno colombiano, destaca una frase que apunta a su objetivo principal de llegar a la vicepresidencia: «Soy parte de la lucha contra el racismo estructural, soy parte de los luchan por seguir pariendo la libertad y justicia».

Su dilatada experiencia en contra del extractivismo comenzó desde su adolescencia cuando se opuso al proyecto de desviación del río Ovejas, un afluente de su comunidad, a la represa La Salvajina, que desde su construcción en los años 80 había generado un fuerte impacto ambiental en esa zona.

Del mismo modo, fue el rostro visible de las movilizaciones en contra de las mineras transnacionales que pretendían iniciar operaciones en su territorio. Este proceso de resistencia que se gestó en el corregimiento de La Toma —y que no estuvo exento de amenazas y asesinatos cometidos por grupos paramilitares—, llegó hasta la Corte Constitucional que falló a favor de Márquez, quien había interpuesto una tutela denunciando la vulneración de los derechos de esa comunidad afro.

Márquez, que forma parte desde 1997 de la Organización Proceso de Comunidades Negras, que recibe financiamiento de la Open Society, en 2015 obtuvo el Premio Nacional de la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia; en 2018 el Goldman Environmental Prize, equivalente al Premio Nobel del Medio Ambiente, y en 2019 fue incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo, que elabora la cadena británica BBC. Del mismo modo, fue consultora en 2020 de un proyecto de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).

La «perfecta desconocida»

La compañera de fórmula de Hernández ha tenido una vida ligada al ámbito universitario y por eso su irrupción en el panorama electoral causó desconcierto. Los escépticos se refirieron a su poco roce político y la llamaron «la perfecta desconocida». Ella se valió de esa frase y remató diciendo: «Los perfectos desconocidos somos más».

Su bandera en la campaña es la experiencia alcanzada en el área educativa, que en su opinión «es un proceso transversal para la transformación de Colombia». En los medios se suele destacar su profesionalización, que va en la misma línea de lo expresado por el exalcalde de Bucaramanga que prometió que el 90 % de los cargos públicos serán asignados por meritocracia.

Castillo, nacida en en agosto de 1968 en Cali, es licenciada en Biología y Química, estudió Ingeniería Industrial y tiene una maestría en Administración y un doctorado en Educación.

En el área académica fue decana de Ingeniería, Ciencias Empresariales, vicerrectora académica y rectora encargada de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium. Además, fue rectora de la universidad católica Minuto de Dios.

«La profesora cuchilla»

«Necesitamos un país educado que encuentre otras opciones de vida, unas rutas de formación que generen empleo, emprendimiento y que a todos aquellos que estén delinquiendo les generen otras oportunidades para tener una calidad de vida digna», dijo Castillo en un debate. Su postura se aleja de la expresada por la derecha colombiana que ve el tema de la delincuencia como una oportunidad para el reforzamiento de los cuerpos de seguridad.

A pesar de ese matiz, Castillo no está en contra de la desaparición del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), que ha sido fuertemente cuestionado por organizaciones nacionales e internacionales ante las denuncias de uso excesivo de la fuerza durante las protestas antigubernamentales de los últimos tres años. En su punto de vista, los funcionarios deben tener una formación con énfasis en derechos humanos y se debe fortalecer la institución.

La llegada a la candidatura a la vicepresidencia de la «profesora cuchilla», como ella misma contó en una entrevista de El Tiempo que le decían los alumnos por su alto nivel de exigencia, es singular. Alguien le comentó que Hernández quería conseguir para su fórmula a una mujer que no estuviera ligada a la política, ella envió su currículo y quedó seleccionada, luego de consultar la propuesta con sus familiares y entorno académico.

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Castillo, de 53 años, defiende la postura de su compañero de un gobierno de austeridad y niega que sea una estrategia populista, a pesar de que ella misma podría trabajar las 10 horas o más que Hernández propuso para los empleados a su cargo, como una manera de optimizar los recursos.

Sobre una eventual desaparición física por la edad avanzada del ingeniero, la educadora afirmó que al candidato no va a pasarle nada, por lo que ella no tendría por que sustituirlo en la silla presidencial. Sin embargo, considera que «toda la vida» ha estado preparada para ello porque tiene «una formación académica» que le permitiría asumir esa responsabilidad.

«Es importante saber que el presidente no gobierna solo, tiene un equipo que lo acompaña en los ministerios y en las diferentes entidades que hacen parte del gobierno», afirma. No obstante, hasta ahora, la mayor visibilización mediática la ha tenido «el viejito del TikTok».

Las mujeres

En una entrevista, Castillo dijo que compartía la visión de Hernández de reducir la brecha social «trabajando con las mujeres que no tienen oportunidades, que son víctimas de violencia intrafamiliar, del de desplazamiento, que no tienen condiciones que las dignifiquen, oportunidades de educación, de una mejor calidad de vida».

La candidata se incluye entre las mujeres a las que «les ha tocado muy duro». «A las colombianas nos toca atender a nuestra familia, nuestro trabajo, estudiar, salir adelante. Yo estoy aquí y soy parte de esto», asevera.

En una entrevista con Semana, en la que se autorreconoció como afrodescendiente, dijo que «las propuestas de Hernández «son muy claras» y no solo están dirigidas los afrocolombianos, que según el DANE, alcanzan el 10, 6 % de la población.

Sin embargo, manifestó que la población afrodescendiente les preocupa «por la falta de oportunidades que han tenido», porque «han carecido de salud, de educación, de vivienda digna» y porque «sus condiciones y la calidad de vida no las han dignificado».

«Soy una mujer afrodescendiente que ha tenido oportunidades y quiero que todas mujeres las tengan», agregó.

Sobre las expresiones machistas de Hernández, quien ha dicho que la mujer debe dedicarse a la crianza, a estar en la casa y no «metida dentro del Gobierno», su compañera de fórmula atribuyó sus declaraciones a su edad y al entorno cultural machista en el país, según una entrevista de El Tiempo.

Para ella, Hernández promueve las participación de las mujeres, porque la tiene como compañera de fórmula y porque la gerente de la campaña es su esposa, quien además dirige y lleva la gestión de su empresa.

Fuente RT

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