La organización no gubernamental Greenpeace califica de «concepto fallido» el reciclaje de plástico, y pide que las empresas que más contaminan el medioambiente con deshechos de esa índole dejen de «usarlo como una cortina de humo para desviar la atención de los cambios sistémicos que se requieren».
El informe que plantea ese cambio de enfoque fue publicado este lunes por la oficina estadounidense de la organización. Recoge alarmantes cifras sobre la poca eficiencia de las medidas que se aplican para reducir el impacto ambiental de la basura plástica y señala, en particular, que en 2021 solo se reciclaron 2,4 millones de toneladas, o sea, 5 % de los 51 millones de toneladas de residuos de esa especie que generaron ese año los hogares estadounidenses.
Según el análisis de Greenpeace, las tasas de reciclaje alcanzaron un máximo de 9,5 % en 2014 y han disminuido constantemente desde entonces; una tendencia que se agravó desde que China dejó de aceptar desechos plásticos occidentales en 2018.
«La avalancha de 400 millones de toneladas al año de producción barata de plástico nuevo acaba con la justificación comercial de la inversión a gran escala en su reciclaje», explica el informe.
Además, existe otra «barrera insuperable» que impide esta clase de trabajos y es la toxicidad. Debido a esta desventaja, el plástico usado no puede convertirse de nuevo en artículos aptos para el uso alimentario.
La propia transformación de los deshechos en nuevos productos expone a los trabajadores a ciertas sustancias químicas y genera microplásticos. Además, se dificulta por los altos costos y la complejidad de la tecnología, dado que los diferentes plásticos tienen propiedades disímiles y, por lo tanto, deben tratarse de manera distinta.