Este lunes se ha producido el encuentro en España entre el monarca Felipe VI y su padre, el rey emérito Juan Carlos, tras más de 21 meses sin verse. Se ha tratado de una reunión cargada de polémica por la opacidad, la falta de información y el mero hecho de que Juan Carlos se encontrara en España.
Su llegada, el pasado jueves, ha dividido a la sociedad entre los que lo vitorearon cuando se fue a ver una regata en Sanxenxo, al norte del país, y entre los que se manifestaron contra la realeza en Madrid.
Este encuentro entre padre e hijo se ha producido solo dos meses después de que la Fiscalía haya archivado todas las investigaciones sobre Juan Carlos I. Los tribunales han dado carpetazo a las supuestas comisiones que el rey emérito hubiera recibido de los negocios en Arabia Saudita, al supuesto uso de tarjetas opacas ofrecidas por un empresario mexicano y a la supuesta fortuna que tendría en una isla británica.
Sin embargo, las investigaciones han revelado que el rey emérito habría realizado graves irregularidades. Pero su inviolabilidad hasta su abdicación en 2014 y las regularizaciones fiscales que realizó a la Agencia Tributaria, por un valor de más de 5 millones de euros, hace que no tenga ninguna cuenta pendiente con la Justicia española. Algo que a una parte de la ciudadanía española no le gusta.
«Es lamentable. Y aún más lamentable cómo lo han recibido en España. Este señor es un sinvergüenza y nos ha robado a todos», sostiene una ciudadana en Madrid, que añade que «ya está bien de que ha hecho mucho por este país, lo haría en su momento, pero después ha estado abusando de todos los españoles».
«Me parece muy mal, ¿qué me va a parecer?», afirma otra. Mientras que una tercera se pregunta si con la corrupción que hay en el país, «el ejemplo de la corrupción es el rey».
Después de casi dos años viviendo en Emiratos Árabes, durante los cinco días que Juan Carlos I ha estado visitando España no ha dado ninguna explicación sobre su situación fiscal, a pesar de que en varias ocasiones el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido que aclare unas informaciones perturbadoras que dañan las instituciones.
«Siento el mismo rechazo que la mayoría de la ciudadanía española frente a estas conductas incívicas que estamos conociendo en los medios de comunicación», afirmó Pedro Sánchez el 21 de febrero de 2021, cuando ya hacía más de seis meses que el exmonarca se había marchado del país, y estaba siendo investigado en al menos tres causas judiciales.
Durante este tiempo, varios partidos políticos han registrado en el Congreso de los Diputados más de una decena de solicitudes para intentar abrir una investigación sobre el rey emérito, que siempre ha fracasado por el veto del propio Partido Socialista, del Partido Popular y de Vox. Estos últimos, desde la oposición, reconocen la trayectoria pública del rey emérito y sostienen que siempre tendrá el derecho de volver a España.
Sin embargo, en los últimos años incluso el rey Felipe VI se ha distanciado de su padre. El actual monarca incluso ha rechazado la herencia del rey emérito. Ahora Juan Carlos I ya no tiene cuentas pendientes con la Justicia española, ni con la suiza, pero sí con los tribunales británicos por un supuesto acoso a su examante, Corinna Larsen.