Son pocas las personas que tienen la suerte de ganar un gran premio en la lotería y hacerse millonarios de la noche a la maña y para algunos afortunados las cosas no siempre son color de rosa.
Ese fue el caso de un portugués que se hizo con 8 millones de euros (más de 9 millones de dólares) del Euromillones hace 11 años, pero ahora poco le queda de ese dinero, informó esta semana el diario luso Correio da Manhã.
Luís Lopes, de 51 años, en 2009 recibió sus millones después de que él y sus amigos se repartieran el bote de 50 millones de euros que les tocó en la lotería. El hombre, que en ese entonces trabajaba en la construcción, lo dejó todo e hizo varias inversiones.
Lejos de disfrutar de la tan soñada libertad financiera de por vida, en las inversiones no le fue bien, pasó por un divorcio «que le salió muy caro» y como si fuera poco, también sufrió el presunto engaño de otras personas, como el de su abogada.
«La vida siguió adelante cuando gané el Euromillones. Todo fue muy bueno. Pero mucha gente se aprovechó. Mi vida financiera estaba en manos de mi abogada. Le di carta blanca y confiaba demasiado en ella», contó Lopes asegurando que ella le estafó.
El hombre, ahora arruinado, asegura que entre 2012 y 2019, su abogada, Sónia Valente, le pidió varias veces grandes cantidades de dinero que supuestamente destinaría para el pago de impuestos y multas, pero ella «nuca rindió cuentas». «Nunca pagué impuestos en mi vida. No sabía cómo funcionaban las cosas», lamentó.
Demanda judicial
En vista de los hechos, Lopes presentó una demanda judicial contra la mujer acusándola de estafa y abuso de confianza, por lo que la Fiscalía y las autoridades competentes ya han iniciado una investigación al respecto.
Sin embargo, Sónia Valente niega tales acusaciones y en su lugar ella asegura que ha interpuesto una demanda en la que reclama al hombre 35.000 euros en honorarios que no le han sido pagados por sus servicios legales.
«Repudio todas las acusaciones graves, por ser completamente falsas y ofensivas para mi buen nombre», sostiene la defensora alegando que su excliente lo que busca es «denigrar y desprestigiar» su imagen.