La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos aprobó la primera droga para el Alzheimer que detiene uno de sus síntomas característicos: el deterioro cognitivo. El último tratamiento aprobado para esta condición fue en 2003.
La droga se llama Aducanumab, y llega con controversia. Mientras que algunos médicos y pacientes la estaban esperando como una solución para atacar esta enfermedad que solo en los Estados Unidos padecen 6.5 millones de personas mayores de 65, otros la ven como un riesgo agregado porque aseguran que ha sido aprobada sin contar con datos suficientes.
Este es el primer medicamento diseñado para alterar el curso de la enfermedad y no solo aliviar sus síntomas. Lo que lograría es desacelerar el deterioro cognitivo, que es un síntoma de la aparición del Alzheimer.
Quizás por la historia compleja de esperanzas y fracasos que rodean al desarrollo de los medicamentos contra el Alzheimer, Aducanumab no ha estado exento de controversia.
Biogen, su fabricante, dice que el medicamento, al ralentizar la enfermedad, les da a los pacientes un tiempo valioso para estar con sus familias y realizar tareas cotidianas como vestirse, bañarse, o hacer las compras.
Sin embargo, los escépticos recuerdan que en 2019, dos ensayos clínicos con la droga se detuvieron porque no mostraban cambios en las funciones cognitivas de los participantes.
Sin embargo, Biogen mostró después datos que revelaban que sí había habido cambios en el funcionamiento cerebral. En la revista JAMA Network, tres científicos manifestaron su preocupación de que la droga no funcione como se está promocionando.
La droga Aducanumab es un anticuerpo monoclonal, una proteína creada en laboratorio, que se dirige a la acumulación de placas de proteína amiloide en el cerebro, que se cree que son una causa del Alzheimer. La mayoría de los medicamentos diseñados para la enfermedad de Alzheimer han intentado eliminar estas placas.
Podría costar hasta $50,000 anuales. No es una cura para la enfermedad.
En una entrevista en The Washington Post, el doctorRonald C. Petersen, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Clínica Mayo dijo antes de la acción de la FDA que esta droga «no es penicilina para la enfermedad de Alzheimer», refiriéndose al descubrimiento del siglo XX de un tratamiento para las infecciones bacterianas.
Sin embargo, agregó que es un enfoque terapéutico razonable y que impulsará el desarrollo de nuevos fármacos en los próximos años.
El medicamento recibió el visto bueno de la FDA bajo el programa de aprobación acelerada, que aprueba un medicamento, pero otorga la aprobación total solo después de que un estudio posterior a la comercialización confirme que el medicamento funciona.
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