Un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), citado este miércoles la Academia Americana de Pediatría (AAP), reveló que la tasa de mortalidad infantil en el país se elevó por primera vez en dos décadas, tras registrarse un incremento en el número de fallecimientos de bebés estadounidenses el año pasado.
La mortalidad infantil es un término empleado para describir la muerte de un bebé que ocurre entre el nacimiento y el primer año. Según estimaciones de los CDC, 20.538 infantes murieron en el 2022, lo que representa un aumento del 3% en comparación con los 19.928 que fallecieron en el 2021.
La tasa de mortalidad infantil está definida por la cantidad de muertes por cada 1.000 nacimientos vivos. En el caso de la tasa nacional provisional, los CDC explicaron que se incrementó en un 3% entre 2021 y 2022. El último aumento interanual tuvo lugar entre los años 2001 y 2002, cuando esta también se elevó en un 3%.
Danielle Ely, estadística del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, por sus siglas en inglés), afirmó que se deberán examinar los datos del próximo año para determinar si este aumento se trata de un «extraño incidente» o es un indicador de un problema subyacente de atención médica.
Por su parte, la presidenta de la AAP, Sandy Ching, comentó que el incremento reportado por los CDC «es inquietante y decepcionante». «Vivimos en un país con abundantes recursos. Sin embargo, la tasa de mortalidad infantil en Estados Unidos es sorprendentemente alta», indicó.
De acuerdo con la organización Commonwealth Fund, EE.UU. tiene tasas de mortalidad infantil y materna más altas con respecto a otras naciones con economías desarrolladas, como Canadá, Alemania, el Reino Unido, Australia y Japón. Los expertos atribuyen que el incremento pudo haber sido causado por la pobreza, atención prenatal inadecuada y otros factores.