Las protestas antigubernamentales en Kazajistán, que no cesan desde el 2 de enero, se han saldado con víctimas mortales y centenares de heridos tanto entre las fuerzas de orden, como entre los manifestantes.
Lo que empezó justo después del Año Nuevo como manifestaciones contra el aumento de los precios del gas licuado de petróleo pronto adquirió un cariz político, con exigencias para apartar del poder a todos los corruptos y mejorar el nivel de la vida de la población.
Las protestas masivas estallaron inicialmente en la ciudad de Janaozen (provincia de Mangystau), pero pronto se propagaron a Aktau (capital de la misma provincia), así como a la ciudad capitalina de Nursultán, la urbe más grande del país Almatý, Aktobé (capital de la provincia homónima), Taldykorgan (capital de la provincia de Almatý), entre otras urbes y localidades.
Muertos y heridos
Las protestas desembocaron en violencia, enfrentamientos con la Policía y saqueos. Según las últimas informaciones, 18 miembros de las fuerzas de seguridad kazajas han perdido la vida, con dos de los unifromados decapitados, y 748 han resultado heridos en los disturbios. Mientras, un total de 2.298 manifestantes han sido detenidos.
El número de fallecimientos entre manifestantes y saqueadores sigue sin conocerse. Previamente, la Policía informó sobre decenas de muertos en Almatý la noche del 5 al 6 de enero. Información extraoficial, reportada por Orda.kz, apunta a una treintena de muertos en la ciudad.
Por otra parte, el Ministerio de Salud informó sobre más de un millar de heridos, 400 de los cuales fueron hospitalizados y 62 terminaron en cuidados intensivos.
Caos en la ciudad más grande del país
Este jueves Almaty, la antigua capital de la nación, donde una turba enfurecida asaltó el día anterior el edificio de la Administración y la antigua residencia presidencial, causando incendios en la sede del Gobierno regional y en los edificios de la Fiscalía y del canal estatal Qazaqstan, continúa siendo el punto donde se viven los momentos de mayor tensión.
El Aeropuerto Internacional de Almatý, finalmente liberado, también fue asaltado, lo que obligó al desvío de varios aviones que se dirigían a sus pistas, la cancelación de múltiples vuelos y decenas de pasajeros encerrados.
Los manifestantes que lograron irrumpir en esas instalaciones las dejaron en un estado irreconocible, con vidrios rotos por todo el suelo y fuertes daños en muchos comercios.