Brigadas del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, agentes del Servicio Nacional de Protección Ambiental (SENPA) y personal del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), recuperaron nuevamente la zona de nacimiento del río Sabita del municipio de Sabana Grande de Boyá, provincia Monte Plata.
Las entidades gubernamentales realizaron un desalojo y cortes de alambres en la zona protegida justo en la entrada del municipio, la cual fue declarada área protegida en el año 2010.
Según datos, los invasores han provocado un grave daño a la flora y la fauna de la zona protegida.
Desde hace varios años, la sociedad civil, autoridades y estudiantes de Sabana Grande de Boyá han realizado más de 10 jornadas de reforestación, pero los árboles son quemados o sacados al poco tiempo por la red de invasores que opera en la demarcación.
La zona protegida comprende la entrada principal del municipio de Sabana Grande de Boyá, la cual sirve de parador a los visitantes, lugar donde nace el importante río la Sabita, que representa un importante equilibrio al medio ambiente, ya que posee varios humedales y aguas subterráneas.
El afluente aporta a la economía de la localidad mediante la agricultura a cientos de campesinos y productores agropecuarios, así como a decenas de proyectos ecoturísticos.
Daño a la inversión privada
Las constantes invasiones a terrenos públicos como privados han creado un clima de desesperación en el municipio de Sabana Grande de Boyá, ya que las mafias organizadas que operan sin control, afectando el sistema jurídico y económico de la zona.
Los propietarios ven como desaprensivos se apropian y se distribuyen tierras tituladas o adquiridas al Consejo Estatal de la Azúcar (CEA), lo que en varias ocasiones ha provocado actos de violencia, siendo afectados funcionarios del Estado e inversionistas.
Los directores provinciales del CEA y Medio Ambiente, Hilario Feliz y Roberto Heredia, respectivamente, expresaron que no permitirán la exterminación de esta zona protegida ni el respeto a la propiedad pública y privada.
Indicaron que la zona protegida se creó mediante el Patronato Sembrando Valores, junto a la sociedad civil, en busca de construir un parque ecológico-infantil para el disfrute de la población en sentido general, pero se han encontrado con cientos de escollos y poca voluntad política para poner fin a las invasiones en la demarcación.