Liz Truss anunció este jueves que presentará su dimisión como primera ministra del Reino Unido.
La política ha dimitido 44 días después de su nombramiento, convirtiéndose en la mandataria británica con menos tiempo en el cargo. Anteriormente, el primer ministro más efímero fue George Canning, quien murió en 1827 tras 119 días en el cargo.
«Asumí el cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional», declaró Truss en una breve comparencia en el exterior de Downing Street. «Las familias y las empresas estaban preocupadas por cómo pagar sus cuentas», afirmó.
En su discurso, Truss señaló que fue elegida «con el mandato de cambiar esto». «Cumplimos con las facturas de la energía y con el recorte del seguro nacional y establecimos una visión para una economía de alto crecimiento con impuestos bajos», agregó.
«Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida. He hablado con Su Majestad el Rey para comunicarle que renuncio como líder del Partido Conservador», anunció.
La primera ministra ha sido blanco de severas críticas tras su anuncio de recortes de impuestos no financiados, lo que ha generado desconfianza en los mercados y en la ciudadanía, mientras su popularidad ha caído hasta los niveles de aprobación más bajos de la historia del país.
17 de los miembros del propio partido de Truss han pedido su renuncia.
Los recortes fiscales anunciados el pasado 23 de septiembre por el ya excanciller de Hacienda, Kwasi Kwarteng, implicaban un enorme endeudamiento por parte del Gobierno. Se esperaba que Londres gastara 150.000 millones de libras esterlinas en subvencionar los costes energéticos de los consumidores y las empresas.
Truss finalmente ha dado marcha a su plan fiscal de congelar el impuesto de sociedades, y desde el próximo año lo subirá del 19 % al 25 %, tal y como planeaba el Gobierno de su predecesor Boris Johnson. Con este incremento, espera recaudar 18.000 millones de libras esterlinas adicionales (unos 20.180 millones de dólares) al año para las arcas públicas.
A diferencia de los grandes recortes fiscales de la década de 1980, Kwarteng solicitó decenas de miles de millones de libras para financiar sus planes, lo que aumentaría la demanda en un momento en que el Banco de Inglaterra está subiendo los tipos de interés para controlar la inflación.
En medio de las críticas, Kwarteng anunció el pasado viernes su dimisión. En su cuenta de Twitter, el extitular de Hacienda confirmó que Truss le pidió «que se haga a un lado».