La Asociación Nacional Republicana (ANR), mejor conocida como Partido Colorado, ha gobernado Paraguay durante las últimas siete décadas —con excepción del período 2008-2012, cuando mandó el izquierdista Fernando Lugo— y seguirá por otro período más, tras la victoria del oficialista Santiago Peña en los comicios generales.
Con el 99,94 % de votos procesados por el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Peña obtuvo más de un millón de sufragios para un 42,74 % de los apoyos, con lo cual superó con más de 15 puntos de diferencia al opositor Efraín Alegre (27,48 %), de la Concertación Nacional para un Nuevo Paraguay.
Analistas esperaban un resultado estrecho, entre otras cosas, porque Alegre estuvo muy cerca de ganar la presidencia en abril de 2018. En esa ocasión, Mario Abdo Benítez venció por un escaso margen (46,46 % de los votos contra 43,03 %).
El propio Benítez se mostró muy pesimista sobre el estatus de la ANR en una entrevista con France 24, previo a las elecciones presidenciales, en la cual se refirieron al exmandatario paraguayo Horacio Cartes, calificado por el Departamento del Tesoro de EE.UU. como «significativamente corrupto».
«Es un momento muy duro (…) es un momento trágico el que vive el coloradismo ante esta situación», afirmó el presidente paraguayo.
Rémoras inamovibles
De acuerdo a la página web de la propia formación política, «la ANR se instaló en el gobierno en 1947, y de allí entonces durante seis décadas se abocó a la reorganización de la estructura de la Nación, y lo modernizó a través del constante progreso y una permanente construcción material que convirtió al Paraguay en un país admirado y respetado en el ámbito internacional».
InSight Crime sostiene que Paraguay goza de «relativa estabilidad» desde la transición a la democracia en 1990, tras el golpe de Estado del año anterior contra el dictador Alfredo Stroessner, un colorado que lideró la nación por casi 35 años.
«Sin embargo, el país es el mayor productor de marihuana de la región y trafica más cigarrillos de contrabando que cualquier otra nación del hemisferio occidental», consignó InSight Crime, agregando que Paraguay «es una ruta importante para el tráfico de narcóticos y de armas de fuego».
Sumado a esto, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó en marzo pasado que la pobreza monetaria total, obtenida de la suma de la pobreza no extrema y la pobreza extrema, registró una incidencia del 24,7 %.
Se trata de casi dos millones personas residentes en hogares cuyos ingresos per cápita fueron inferiores al costo de una canasta básica de consumo.
«La medida de pobreza monetaria total en el año 2022, respecto al año 2021, presentó una disminución en 2,2 puntos porcentuales; en tanto, la medida de pobreza monetaria extrema tuvo un aumento de 1,7 puntos porcentuales», añadió el INE.
Los factores del triunfo
No obstante, el panorama reciente —entre la desigualdad y la criminalidad— parece que no afecta electoralmente al Partido Colorado.
Para la politóloga paraguaya Luisana Sánchez, la ausencia de un balotaje «propicia la división de la oposición»,por lo que la oferta electoral se dispersa y favorece a la agrupación política más grande del país.
«El Partido Colorado históricamente tiene un techo de 40 % de votos duros, el Partido Liberal un máximo de 20 %, por lo que requiere de la alianza con todos los demás partidos políticos minoritarios para poder enfrentar la estructura de la ANR y generar alternancia de tanto en tanto», precisó en entrevista con RT.
Sánchez, parte del Observatorio Social y Político Jahecha Asy, también denunció el «hábito súperinstalado de la compra y venta de votos» que hay en el país, un hecho del que no escapan las organizaciones políticas de diverso signo.
El 31 de enero pasado, la organización no gubernamental Transparencia Internacional situó a Paraguay como el segundo país más corrupto de la región.
En ese sentido, Abdo Benítez abogó por un «debate fuerte» al interior del espacio político y anunció la proposición de un «coloradismo diferente donde el centro de la corriente de pensamiento sea recuperar la credibilidad y que sea un partido que marque una diferencia a la actual dirección».
Un señalamiento directo a Cartes, quien «incurrió en actos de corrupción antes, durante y después de su mandato como presidente de Paraguay», según la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de EE.UU.
Cartes no es el único señalado por la OFAC, dado que el actual vicepresidente y por tal, la mano derecha de Abdo Benítez, el colorado Hugo Velázquez, también se ha involucrado en presuntas prácticas corruptas, «incluso sobornando y amenazando a quienes podrían exponer su actividad delictiva».
Denuncia de fraude
La gran sorpresa de la jornada del domingo fue el excandidato presidencial Paraguayo Cubas, quien terminó tercero con el 22,91 % de los apoyos, enarbolando un discurso disruptivo y antisistema, de crítica tanto a los colorados como a los liberales.
Pese a su resultado, que lo sitúa como una figura dentro de la oposición, Cubas denunció un presunto robo de votos, lo que provocó una serie de manifestaciones en distintas zonas del país.RT en Español / https://vk.com/actualidadrt
En medio de los tumultos, que arrojan al menos 100 personas detenidas, el portavoz del TSJE, Carlos Ljubetich, descartó la posibilidad de una alteración deliberada de los resultados electorales y llamó a presentar «alguna prueba y denuncia formal de fraude».
«No hay ninguna posibilidad de fraude», aseguró Ljubetich en conferencia de prensa. «Se puede solicitar la apertura del tercer acta que se encuentra en poder de los jueces electorales para comparar los resultados», aclaró.
Penetración del Estado
Sánchez considera que otro punto a favor para los colorados es que conocen el Estado y tienen una base potente para llegar a más rincones, por lo que aventajan a cualquier oponente.
Sumado a esto, la desconfianza de la ciudadanía en los políticos —un fenómeno regional— influyó en la decisión del electorado, compuesto por 4.800.000 personas.
«La oposición tampoco es muy confrontativa con la ANR, no aporta educación en cultura democrática y, de hecho, practica los mismos hábitos. De ahí que el elector paraguayo que no confía en sus políticos, no confía ni tiene esperanza en las instituciones del Estado», deploró la experta.
«[Los colorados] aprovechan para sacar ventaja de las debilidades de la oposición, saben poner primero su partido, saben aliarse para ganar, conocen el Estado, tienen estructura sólida, recurren a investigaciones estadísticas para conocer a la población y saben conectar con el pueblo«, enumeró.
Victoria completa
Peña, quien el martes declaró en el canal Trece local que su propósito es «hacer un cambio radical en la gestión de gobierno», celebró también el resultado histórico del Partido Colorado a nivel legislativo, tras alcanzar mayoría en el Parlamento bicameral por primera vez en 25 años.
Cuando asuma el poder, el próximo 15 de agosto, el presidente electo de Paraguay tendrá respaldo tanto en el Senado como en la Cámara. Una muestra, para Sánchez, de «la desunión de la oposición».
«Llegan a elecciones con demasiadas propuestas electorales y así los votos se dispersan mucho, si conformaran una sola lista podría verse tal vez un poco más de equilibrio en ambas cámaras, pero eso no ocurrió», subrayó la politóloga.
De la misma forma, Sánchez estima que «el nuevo sistema electoral, así como propicia candidaturas nuevas con fuerte apoyo popular, al mismo tiempo dispara afectos hacia la tradición, y con el techo de 40 % de votos duros del Partido Colorado, ese es el resultado».
Una contundencia tal que la ANR también se impuso en 14 de las 17 gobernaciones de la nación suramericana.
Fuente RT