Las autoridades de Portugal anunciaron el jueves un amplio paquete de medidas económicas que incluye el fin de las llamadas ‘visas doradas’, permisos de residencia que se conceden a ciudadanos que no pertenecen a la Unión Europea a cambio de la compra de bienes inmuebles o de otras inversiones, informan medios locales.
Portugal introdujo el sistema de Autorización de Residencia para Actividades de Inversión (ARI) en 2012, con el objetivo de atraer capital extranjero.
El programa implica varias opciones de inversión: como la compra de propiedades, la posibilidad de restaurar sitios culturales, contribuir al desarrollo empresarial y a la investigación científica, según la empresa de consultoría Immigrant Invest.
De acuerdo a varios medios portugueses, entre octubre de 2012 y enero de 2023, Portugal concedió 11.628 ‘visas doradas’. Los ciudadanos brasileños son la segunda nacionalidad con mayor número de solicitudes aceptadas, superados solo por los chinos.
Desde su puesta en marcha, ARI ha atraído inversiones por valor de 6.800 millones de euros (más de 7.000 millones de dólares), la mayoría de ellos en el sector inmobiliario, recoge Reuters.
Precios «demasiado elevados»
Sin embargo, el país se ha enfrentado a nuevos retos durante este tiempo. «En estos últimos 10 años, los alquileres han registrado un aumento muy superior a la inflación», dijo el jueves el primer ministro del país, António Costa. «Los precios actuales son demasiado elevados para el mercado portugués», añadió.
En 2022, el salario mensual de más del 50 % de los trabajadores portugueses apenas alcanzaba los 1.000 euros (alrededor de 1.100 dólares), mientras que solo en Lisboa los alquileres se dispararon un 37 %.
Por el momento no está claro cuándo la medida anunciada entrará en vigor, pero se espera que favorezca a aumentar el número de viviendas disponibles en el país, reequilibrando el mercado.
La decisión de Portugal sigue a la de Irlanda, que a principios de esta semana suprimió su régimen de ‘visas doradas’, que permitía a los inversores obtener un permiso de residencia a cambio de una donación «filantrópica» mínima de 500.000 euros.
Fuente RT