El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) criticó este jueves la práctica en que están incurriendo algunas instituciones del Estado de comprar directamente a los fabricantes extranjeros, obviando a las empresas distribuidoras locales, lo que dijo podría provocar un impacto negativo a mediano y largo plazo en la economía dominicana.
El secretario nacional de Organización del PRSC, José Balaguer, explicó que la razón de este comportamiento tiene que ver con los resultados de diversas auditorías realizadas en diferentes instituciones del gobierno, que han arrojado supuestas sobrevaluaciones en los precios de productos y servicios adquiridos en la pasada administración.
“En tal sentido, entendemos que los nuevos incumbentes buscan transparencia y economía en su gestión, implementando esta clase de medidas”, dijo.
El alto dirigente reformista entiende que comprarle directamente a un fabricante extranjero “no necesariamente resultará en un precio más barato”.
Lo que pudiera ocurrir –apuntó- es que le estemos dando mayor renta (beneficio) al fabricante, debido a que le estaríamos pagando dentro del precio de mercado, el margen de intermediación dispuesto para los distribuidores.
Siguió diciendo que en este caso el cien por ciento (100%) del valor pagado saldría del país normalmente como divisas “y que no se estaría generando ningún beneficio económico colateral para nuestro país”.
Balaguer sostuvo en ese orden, que por el contrario, los distribuidores locales, como parte del canal de ventas, se quedarán con un porcentaje de los beneficios que tomarán para el sostenimiento de sus gastos, tales como pago de empleados, pago de impuestos, y podrían tomar parte para reinversiones en el negocio, para la repartición de dividendos a los accionistas que terminarán gastando y/o ahorrando localmente”.
Además –agregó- los ahorros, tanto de los accionistas como de los empleados serviría para que los bancos tengan liquidez para realizar préstamos a tasas competitivas a otras empresas. ¡Todo un círculo virtuoso de la economía!
Dijo que no se puede dejar de tocar el aspecto de desarrollo profesional del país, ya que según explicó comprarles a fabricantes extranjeros “significaría que no contaríamos con una firme transferencia de conocimientos a nuestros profesionales y técnicos”.
“Por el contrario, la participación de empresas locales en las ventas de suministros y proyectos especializados requerirán especialización y capacitación de nuestra gente por las fábricas”, señaló.
Al respecto, el dirigente del Partido Reformista indicó que en muchas ocasiones, convertir una empresa en distribuidora de un fabricante implica inversiones previas, tales como capacitaciones al personal, equipamiento especializado, stock de productos disponibles para poder brindar con eficiencia los servicios que se ofrece, entre otras, lo que dijo beneficia al desarrollo del país.
Significó, además, que es oportuno en este momento mencionar el espíritu de la Ley 322 de 1981, que busca garantizar una participación nacional en los negocios internacionales, “al establecer ciertos requisitos para las empresas extranjeras que desean participar en la licitación de proyectos del Estado y sus dependencias”.
“Plantea dicha ley que la participación extranjera en un contrato para la construcción de obras no puede ser superior a un 50%, aunque puede aceptarse hasta un 70% cuando la participación nacional no puede ser superior a un 30%”, destacó.
El secretario nacional de Organización del PRSC entiende que a mediano y largo plazo es beneficioso para la economía dominicana la participación de las empresas locales en las compras del Estado, ya que la renta propia de su participación en la venta será reutilizada para generar bienestar, de diferentes maneras, en nuestro sistema económico”.
Citó la Ley de compra y contrataciones 33-18 que exige que al momento de aperturar un proceso de compras, el adquiriente emita un acta de disponibilidad de fondos, donde muestre el presupuesto disponible para los fines.
“Es en este momento, cuando las instituciones estatales deben esforzarse en preparar un presupuesto de inversión que surja del análisis de los precios de mercado e inclinarse, hasta donde sea posible, en productos y servicios que tengan más de una representación local, para evitar las compras por proveedor único”, resaltó el dirigente reformista.
Concluyó sugiriendo que dentro de la Ley de compras y contrataciones 340-06, se incluya la figura de “Precio Temerario”, que regule no solo los precios sobrevaluados, sino también los precios subvaluados, ya que dijo que “¡Tan perjudicial son los precios sobrevaluados como los precios subvaluados!”.