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Sri Lanka está al borde de quedarse sin combustible

Sri Lanka sigue sufriendo los estragos del colapso económico, calificado por la ONU de la «peor crisis» financiera para la nación insular desde su independencia en 1948, que desembocó en una falta grave de combustible que está al borde de agotarse por completo.

El ministro de Energía y Economía del país, Kanchana Wijesekera, reveló que los suministros de petróleo, diésel y crudo, previstos para esta y la siguiente semana, no pueden ser entregados por los proveedores «debido a razones bancarias y logísticas».

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El alto funcionario reconoció que, de momento, la empresa nacional de petróleo y gas, Ceylon Petroleum Corporation (CPC), no puede confirmar las fechas de las nuevas entregas.

«Nos quedan cerca de 9.000 toneladas métricas de diésel y 6.000 toneladas métricas de petróleo. Estamos haciendo todo lo posible para obtener nuevos suministros, pero no sabemos cuándo será», señaló Wijesekera, citado por Reuters.

A finales de marzo, Sri Lanka compró un cargamento de 99.000 toneladas del crudo ruso para volver a poner en marcha su única refinería.

Sin embargo, ante la falta de nuevos recursos, las operaciones de refinería se suspendieron este sábado hasta próximo aviso.

Además, Wijesekera informó que, hasta la llegada del siguiente cargamento, se dará prioridad al sector de transporte público, la generación de la energía y las necesidades de la industria, aunque «cantidades limitadas» de diésel y petróleo se distribuirán a un pequeño número de gasolineras a lo largo de la próxima semana.

Ante las noticias, CPC y Lanka IOC, subsidiaria de la refinería india Indian Oil Corporation, volvieron a subir los precios de combustible este domingo.

Así, el precio del litro de la gasolina de 92 y 95 octanos aumentó hasta 470 y 550 rupias de Sri Lanka (1,31 y 1,53 dólares), respectivamente, mientras el precio de un litro de diésel se situó en 460 rupias nacionales (1,28 dólares).

La escasez de combustible y la subida de los precios provocó largas filas en gasolineras, que se extendieron por kilómetros. Gran parte de las personas, que tienen que esperar días para llenar sus depósitos, optan por vivir en sus coches ante temores de que alguien dañe sus vehículos.

La práctica ya cobró sus primeras víctimas mortales, entre ellos un hombre de 63 años que pasó al menos cinco días en la fila, según medios locales. En total, al menos 12 personas han fallecido en Sri Lanka hasta la fecha mientras esperaban en las colas de las gasolineras.

Fuente: RT

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