A un año de la explosión de Beirut, el corazón de Layal todavía late con fuerza al escuchar unos fuegos artificiales o una puerta cerrándose, sonidos que hacen aflorar de nuevo la angustia vivida aquella tarde mientras llamaba a gritos a su madre por las calles destruidas y salpicadas de heridos. Pasaron meses hasta que […]Continue Reading