Por extraño e inusual que parezca, algunas personas desean que les realicen amputaciones para satisfacer el impulso de convertirse en discapacitados. Se trata de la transcapacidad, un término para el trastorno de identidad de la integridad corporal (BIID, por sus siglas en inglés), en el que una persona se identifica como discapacitada, escribe Fox News.
Un ejemplo de ello es Jorund Viktoria Alme, una mujer trans de 53 años de Oslo, Noruega, que se identifica como discapacitada y utiliza una silla de ruedas, aunque no sufre ningún problema físico. Viktoria Alme dice que el «deseo de toda su vida» ha sido nacer como «una mujer paralizada de la cintura para abajo».
Hay quienes afirman que tal comportamiento puede ser «ofensivo para las personas que realmente padecen alguna enfermedad».
Pero se han presentado casos más severos de personas con ese trastorno, llegando algunas incluso a mutilarse. Hace unos años, una joven de 21 años de Carolina del Norte, EE.UU., que se identificó como ciega, tomó medidas para acabar con su propia vista. En 2007, el presentador de televisión Jerry Springer presentó al mundo a Sandra, una transexual que se cortó las piernas con una sierra eléctrica porque «su cerebro le dijo que lo hiciera».
¿Autoidentificación o enfermedad?
La palabra transcapacidad parece hacer alusión a un nuevo movimiento relacionado con la autoidentificación, pero estudios sugieren que lo más probable es que el fenómeno represente una anomalía psicológica o neurológica.
Un estudio de 2005 sobre dos hombres que querían que les amputaran las piernas descubrió que ambos mostraban resultados anormales en el escáner cerebral cuando los investigadores les pinchaban la piel por debajo de la línea imaginaria de la amputación deseada, recoge ABC.
Fuente RT