Por Emilia Santos Frias
¿Alguna vez has sentido que las emociones sentimientos o problemas controlan tu vida?, ¿Sabe cómo transformar esas emociones y tomar decisiones oportunas?, ¿conoce usted los beneficios de las visualizaciones o imágenes guiadas? Con demasiada frecuencia el ser humano se dedica a complicar situaciones, cosas, personas y deseos.
En medio de ese jaleo, que parece tirar de nosotros para un lado y para el otro, nos olvidamos de quienes somos en esencia y actuamos sin darle importancia al presente, para permanecer en él, que todo lo simplifica, porque entre todos sus aportes, también, nos permite acceder al amor y a una vida más proactiva.
Pero no, nos envolvemos en una vida llena de complicaciones y desamor, hasta cargada de distintos tipos de violencia, que a decir de los estudiosos de la conducta humana, esta existe en la sociedad actual debido a la forma inapropiada que utilizamos para manifestar la ira; aguantada durante mucho tiempo antes de ser expresada; desconociendo lo que dice el dicho: “un viejo enfado es un huésped devastador”.
Estas afirmaciones son ex taridas de la obra Vidas Positivas y Pequeñas Guías de Autosuperación: Transforma Tus Emociones, visualizaciones para resolver conflictos emocionales y superar situaciones difíciles, del escritor Larry Moen, quien nos recomienda las visualizaciones guiadas, es decir realizar meditaciones, como estrategias para superar nuestras expectativas negativas y así, orientarnos para alcanzar logros, cambios o crecimiento personales.
El autor expresa que estas pueden efectuarse en cualquier lugar o momento, según nuestra preferencia, aunque siempre es bueno en un sitio cómodo y tranquilo según nuestros gustos y la hora que convenga. Su importancia radica en que es muy útil para fomentar la creatividad, conseguir quietud; paz. Por lo que, la citada obra también aconseja escuchar buena música, hacer ejercicios de respiración; permitir que la mente juegue, cree y se expanda con las imágenes que vamos viendo en cada visualización o meditación.
Esta técnica sencillamente, saca a nuestro niño o niña interior, y estos necesitan ser amado y aceptado. Por eso, es necesario aprender a jugar con ellos de forma espontánea. Esto nos permite romper con el pasado doloroso de esas viejas relaciones que dejaron heridas, y de esa forma, comenzar el camino hacia la cicatrización.
En ese sentido, no tengamos vergüenza de viajar a la infancia, a estadíos de alegría y felicidad. Liberemos toxinas sintiendo conexión con la tierra, el verdor, el sol, la arena, la playa…, el olor de las flores, en fin la naturaleza en su conjunto. Somos responsables de nuestra felicidad, y la divinidad nos regala todo el universo, ¡es gratuito!
Otras recomendaciones que nos hace la precedente obra, es escuchar, observar y reír con mayor frecuencia; sentir la presencia divina; divertirse, jugar, saltar; liberar nuestros niños y niñas interiores, aceptarlos y amarlos. Con esto dejaremos ir parte del dolor íntimo; ese que alojamos y que no dejamos salir, en vez de tratar de transformarlo con la bondad que habita en el corazón, dejando que ella nos guie a la curación. Conscientes de que para progresar espiritualmente debemos resolver dificultades o angustias pendientes con otras personas, procurando así que la luz transforme nuestro cuerpo y mente.
No tengamos duda, ¡somos suficientes!, vivamos seguros de nosotros mismos. No olvidemos que “más allá de las montañas hay otras montañas”, reza el proverbio. Nunca es tarde para una infancia feliz. Sintamos en el corazón nuevas posibilidades mientras dejamos morir el pasado, lo perdido…, atrapando sosiego, aceptación y paz. ¡Permítase respirar a pleno pulmón; disfrutar; desechar todo lo que nos distrae!, ¡hay que perseguir la felicidad!
Aceptemos el regalo de la vida, lo que significa vivir; tengamos la capacidad de aceptar nuestra realidad. ¡Liberémonos de perturbaciones! Vivamos cuidando la flor que es nuestro existir; observando sus pétalos, color, aroma; cómo la alimentamos del sol y la lluvia para producir belleza. Aprendiendo de la adversidad que puede ser para ella un torrencial, al tiempo que, comprendemos el amor del sol para nuestro florecimiento. Representa nuestro esplendor y a esa flor debe ser admirada y respetada.
Que nuestra esencia sea como el aroma del Jazmín que no sabemos a cuántas personas toca. Merecemos vivir rodeados de amor y belleza. Aprendamos a cerrar capítulos de esas necesidades infantiles que nunca fueron cubiertas. Intenta meditar, conoce sus bondades.
Hasta la próxima entrega
La autora reside en Santo Domingo
Es educadora, periodista, abogada y locutora.
santosemili@gmail.com