Economía

Tras series de tiroteos se disparan las ventas de mochilas a prueba de balas por los tiroteos en EE.UU.

Tras una serie de violentos tiroteos en distintas localidades de EE.UU. varias compañías que fabrican mochilas a prueba de balas están viendo dispararse las ventas de sus productos durante la temporada previa al regreso a clases.

Sin embargo, hay quienes critican este tipo de comercio argumentando que estas organizaciones se benefician de la tragedia, explotando los temores de los padres, según un informe publicado esta semana por AP.

«Los tiempos han cambiado» y «nuestro producto responde a eso», aunque sea una «triste realidad», afirmó Yasir Sheikh, fundador y presidente de Skyline USA, empresa que fabrica productos para la defensa personal y que recientemente empezó a producir mochilas resistentes a las balas. Según Sheikh, este artículo es muy popular y se ha agotado después del tiroteo de Parkland (Florida), que tuvo lugar el año pasado, donde murieron 17 personas.

Otra de las empresas, TuffyPacks, además de las mochilas a prueba de balas comercializa escudos balísticos extraíbles que pueden ser colocados en cualquier mochila. Su fundador, Steve Naremore, explicó que las ventas de escudos se triplicarondespués del tiroteo de la semana pasada en El Paso, Texas.

«Están haciendo mucho dinero»                                                     

Sin embargo, hay quienes cuestionan los intereses de estas compañías y ponen en duda qué tanto realmente pueden proteger a los niños. «Están haciendo mucho dinero en este momento y lo están haciendo por algo que fue muy desafortunado», sostiene Ponnell Scroggins, padre de seis hijos.

A pesar de que TuffyPacks asegura que sus productos cumplen con los estándares del Instituto Nacional de Justicia, el Departamento de Justicia explicó que nunca se han realizado pruebas a estos productos ni se los ha certificado, por lo que no pueden responder por su efectividad.

No son la solución

Por otro lado, expertos en educación afirman que las mochilas resistentes a las balas no son la solución al problema. «Las escuelas deben ser santuarios seguros donde los niños puedan sentirse a salvo, no zonas de guerra donde estén vestidos como soldados preparándose para la batalla», opinó el presidente de la Federación Estadounidense de Maestros, Randi Weingarten.

 

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