Una Copa del Mundo de la FIFA diferente a todas las anteriores está a pocos días de empezar. El evento deportivo dará el pistoletazo de salida cuando el país anfitrión, Catar, se enfrente a Ecuador en el partido inaugural este domingo.
El país del Golfo se prepara para un mes de festival futbolístico que, aunque su principal propósito es entretener y cautivar a los fanáticos, se ha visto ensombrecido por diversos factores, como las acusaciones de abusos a los trabajadores inmigrantes que construyeron la infraestructura y las severas advertencias de los grupos de defensa de igualdad sobre el trato que da el Gobierno catarí a las personas LGBT+.
No obstante, en medio de los disgustos de muchos, esta edición de la Copa del Mundo también promete algunos argumentos únicos para los aficionados al fútbol.
Fechas inusuales
Un factor importante que destaca al analizar el próximo Mundial no es solo el escenario, sino la época del año en la que se celebra. Por primera vez en la historia se celebrará fuera de su calendario habitual para trasladarse a noviembre y diciembre con el fin de evitar que los jugadores se vean obligados a disputar los partidos bajo el hostigante calor, que puede superar los 45° C durante los meses de verano.
La controvertida preparación
Este es el punto crucial en el que esta Copa del Mundo se distingue realmente de los torneos anteriores. En los 12 años transcurridos desde que la FIFA concedió el torneo a Catar, los organizadores se han visto obligados a rechazar las reiteradas acusaciones sobre la supuesta incapacidad ética del país para organizarlo.
Los trabajadores extranjeros o inmigrantes constituyen una gran proporción de la población del país. Algunas estimaciones sitúan esa cifra por encima del 85 %, y es el trato hacia estos trabajadores lo que ha provocado la indignación de los grupos de derechos humanos.
Un informe de The Guardian publicado el año pasado sugería que hasta 6.500 trabajadores inmigrantes podrían haber perecido en los 12 años de preparativos antes del saque inicial del domingo, y que esas personas procedían principalmente de la India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka.
Sin embargo, el Gobierno catarí dice que esas cifras, que fueron proporcionadas por las embajadas de los distintos países, se refieren a los migrantes en su conjunto y no solo a los que trabajaron en la infraestructura de la Copa del Mundo. Según las autoridades del país, los datos difundidos incluyen a personas que habían vivido en Catar durante muchos años y que pueden haber muerto por diversas razones.
Por otra parte, se ha expresado la preocupación por las leyes de Catar contra las personas LGBT+, lo que ha suscitado las críticas de una amplia gama de defensores de la igualdad en todo el mundo.
Una vez más, las autoridades cataríes han insistido en que todos son bienvenidos a la competición, pero al mismo tiempo dicen que esperan que los aficionados «respeten nuestra cultura».
Un mundial compacto
No se puede negar que esta Copa del Mundo está abriendo nuevos caminos en lo que respecta a la continua expansión global del fútbol. Catar será para siempre la primera nación árabe en albergar un Mundial, así como, por ahora, el país más pequeño en ser elegido para celebrar el mayor evento futbolístico del mundo.
Aunque un Mundial en Europa sería, sin duda, mucho más cómodo para la mayoría de las naciones que compiten, para los espectadores de todos los continentes será una experiencia única porque podrán disfrutar del mejor fútbol rodeado de los paisajes y la cultura de Oriente Medio.
Los ocho estadios construidos para albergar la Copa del Mundo están situados en un radio de unos 55 kilómetros entre sí, lo que garantiza que este torneo tenga una sensación distinta y localizada. La relativa proximidad de los estadios también presenta una disposición mucho más favorable para los aficionados que la de algunos Mundiales anteriores, lo que debería permitir a los espectadores asistir a varios partidos en un mismo día.
La experiencia de los aficionados
Las autoridades cataríes han sido acusadas de intentar animar el ambiente pagando a los residentes para que actúen como hinchas de los 32 países. En videos que circulan por las redes sociales estos últimos días se puede observar a cientos de personas, presuntamente locales, desfilando por las calles del país con banderas y atuendos alusivos a los países participantes.
De igual manera, se ha informado de que más de un millón de aficionados al fútbol viajarán a Catar durante la Copa del Mundo, una cifra significativa si se tiene en cuenta que el país del Golfo tiene una población de poco menos de tres millones de habitantes.
A pesar de la estricta ley del país sobre el consumo de bebidas alcohólicas, durante el Mundial la venta de alcohol se ha permitido temporalmente. Pero a juzgar por las listas de precios que se han visto en las redes sociales, los aficionados al fútbol seguramente tendrán que estirar su presupuesto, ya que una sola cerveza podría superar los 14 dólares.
Mujeres arbitrando
Por primera vez en un Mundial masculino, tres mujeres han sido incluidas entre los 36 árbitros seleccionados para Qatar 2022. La francesa Stephanie Frappart, la japonesa Yoshimi Yamashita y la ruandesa Salima Mukansanga. Las árbitras se han desempeñado anteriormente en torneos masculinos, incluyendo la Supercopa de la UEFA y la Copa Africana de Naciones.
«Es una señal fuerte de la FIFA y de las autoridades para que haya mujeres árbitras en ese país», dijo Frappart. «No soy una portavoz feminista, pero esto puede hacer que las cosas sucedan».
Nueva tecnología
En julio, la FIFA anunció el uso de un sistema de fuera de juego semiautomatizado en la Copa del Mundo para ayudar a realizar los avisos de fuera de juego de forma rápida y precisa. La tecnología utiliza un sensor en el balón y un sistema de cámaras de seguimiento de extremidades para seguir los movimientos de los jugadores. Para ayudar a los aficionados y a los espectadores en casa a entender la decisión del árbitro, los datos se utilizarán para proyectar imágenes en 3D en las pantallas del estadio.