Con una geografía privilegiada que sirve de conexión entre Asia, Siberia y Europa, desde sus inicios, la ubicación de Busan la convirtió en un lugar crucial para establecer vínculos comerciales entre el continente euroasiático y Extremo Oriente. Hoy en día, esta ubicación única la ha convertido en una de las ciudades más importantes de Corea del Sur, un lugar donde florecen la cultura, la naturaleza y la tecnología y donde se vislumbra el futuro.
Busan es la segunda ciudad más grande del país asiático, un crecimiento que se debe en gran parte a su importante puerto, que hace honor a su legado de comercio y es actualmente el mayor puerto de contenedores de Corea y el sexto del mundo. En sus altísimos rascacielos y modernos edificios se están desarrollando los futuros motores de las industrias coreanas, ya que es una zona franca para las tecnologías Blockchain y también alberga proyectos que muestran cómo serán las comunidades del futuro, como en Busan Eco Delta Smart City, que se está convirtiendo en un centro logístico del noreste asiático.
Ninguno de estos avances sería posible sin su gente, que además de ser el motor del progreso de la ciudad es responsable de su riqueza cultural. Además de ser un centro económico fundamental, Busan es un faro de esa cultura coreana que ha conquistado el mundo, ya que alberga lugares que trasladan al visitante a los orígenes del país en templos budistas, que muestran la importancia pesquera de la región en el Mercado de Bupyeong, e incluso que evocan tiempos pasados con comunidades tradicionales que recuerdan a los años 50, como la Aldea Cultural de Gamcheon.
Como ciudad cosmopolita, esta riqueza cultural también puede experimentarse en sus numerosos eventos que atraen a miles de visitantes cada año. Ya sea el Festival Internacional de Cine de Busan (BIFF), el Festival de Fuegos Artificiales de Busan, el Festival One Asia, un evento internacional de música K-pop, o la Bienal de Busan, esta ciudad alberga expresiones artísticas coreanas que hay que presenciar.
Aunque Busan es una atractiva zona urbana con todos estos acontecimientos de talla mundial, mantiene el equilibrio entre el progreso y los paisajes naturales, ya que también esconde tesoros como magníficas playas, pintorescos acantilados y montañas. En este sentido, todos los años turistas y lugareños se bañan en las playas de Haeundae y Gwangalli; mientras que a un lado del río Nakdonggang hay un parque ecológico que reconecta a los visitantes con la naturaleza en senderos boscosos que muestran paisajes dignos de ser fotografiados.
Esta armoniosa relación entre pasado, presente, futuro y naturaleza es una de las razones clave por las que esta ciudad es candidata a albergar la próxima Exposición Universal 2030, cuyo tema principal, «Transformar nuestro mundo, navegar hacia un futuro mejor», presentará cómo será posible conciliar el desarrollo de la tecnología y la economía como fuerzas para un cambio positivo ante retos mundiales sin precedentes, como la crisis climática y la brecha digital.
Busan se ha convertido así en una de las ciudades más importantes del mundo y está a punto de albergar un acontecimiento que repercutirá positivamente en el futuro.